El Madrid confirmó virtudes pero evidenció problemas ante el Tottenham

El Madrid confirmó virtudes pero evidenció problemas ante el Tottenham

El 2-0 que mete a los de Benítez en la final de la Audi Cup fue algo engañoso. Repasamos las claves del encuentro

Europa fue la tercera parada del Real Madrid en su pretemporada con vistas a iniciar el proyecto de Rafa Benítez en Gijón dentro de dos semanas y quedó claro que los blancos deben mejorar mucho para esa primera cita liguera. Los planteamientos del técnico empiezan a notarse en el juego y eso genera tanto aspectos positivos como cuestiones que habrá que resolver tarde o temprano con respecto al equipo que habíamos visto en los dos cursos anteriores con Carlo Ancelotti.

 

El Tottenham, primer rival de la Audi Cup para los merengues, no fue un enemigo peligroso ni incisivo y nunca supuso un verdadero escollo para la victoria, algo que sigue dejando para más adelante el análisis de qué pasará cuando este Madrid pierda.

 

Y precisamente esa afirmación -la de que este Madrid de momento no pierde- es un hecho objetivamente positivo y que merece un reconocimiento. Benítez está logrando corregir los que eran los principales puntos débiles del Real Madrid de las últimas dos temporadas. Ahora el equipo se junta más y mejor, defiende en bloque y cierra espacios por dentro, con lo que reduce las ocasiones de los rivales a la mínima expresión. El Tottenham apenas sólo inquietó a Casilla desde fuera. Además, los once empujan en la presión alta y alejan los agobios de su propio campo. Ver a este Madrid supone más tranquilidad para el espectador merengue.

 

Sin embargo, a costa de mejorar la retaguardia el equipo se parece por momentos a otras versiones que en seguida generaron controversia entre la masa social madridista, y con esto vamos directamente al estilo. Por momentos, ver al Real Madrid ante el Tottenham fue soporífero. Los laterales no suben como antes y el equipo defiende en estático, concentrado pero mirando. No le asusta correr detrás de la pelota durante espacios de tiempo considerables y se aburre tocando, así que en seguida opta por los balones aéreos. Modric, Isco o James alternan fases de apogeo con ratos de desaparición que resultan dramáticos para las pupilas. Algo que no muchos aficionados aguantarán demasiado. Sí, podremos justificarlo por un tiempo con los argumentos de la pretemporada y la fase de adaptación a los métodos de un entrenador nuevo y una idea nueva a asimilar, pero cuando eso acabe el juicio del Bernabéu en función de su aburrimiento es algo de lo que nadie puede escapar.

 

Así que de hacia dónde se decante la balanza entre la diversión y los resultados dependerá el éxito inicial del proyecto de Benítez, que por supuesto todavía tiene mucho margen de mejora. De esa evolución deberán beneficiarse también los jugadores que todavía no han explotado o están a la espera de recuperar su propia confianza. Bale el primero. A pesar de su gol, el galés desaprovechó la mejor de las oportunidades que tendrá en mucho tiempo para ser héroe y protagonista sin Benzema ni Cristiano en el partido. Estuvo errático y perdido de nuevo. Junto a él, un Jesé en punta de ataque que volvió a evidenciar que con una pretemporada por delante es otro, es el de antes. O al menos se le va pareciendo.

 

Benítez le dio el partido entero a Casilla y más minutos a Danilo y Varane para que vayan sintiéndose importantes. Demostró que sus cuatro centrocampistas prioritarios son los mismos 'jugones' que usaba Carlo Ancelotti, aunque en su plan B contempla una opción de la que el italiano nunca dispuso: Casemiro. El brasileño aporta físico, estabilidad y recorrido. Siguió dando minutos a Lucas Vázquez e hizo debutar a Asensio y Mayoral. Sin más noticias destacables. Eso sí: Su gran reto es ilusionar realmente después de apuntalar los cimientos, cosa que parece que va consiguiendo.