El Madrid, alucinado con Benítez (sólo) cuatro meses después de ficharle

El Madrid, alucinado con Benítez (sólo) cuatro meses después de ficharle

Alegrías y alguna cuestión algo extraña a partes iguales

Rafa Benítez aterrizó en el Real Madrid en los primeros días del mes de junio. Cuatro meses después, su mano se deja ver, sin duda, tanto en los partidos del equipo como en el día a día en cuanto a actualidad informativa, eso está claro. Y las sensaciones son contrapuestas para todos: prensa, aficionados, club, incluso la plantilla... el técnico ha combinado en estas primeras semanas de trabajo bastantes puntos positivos con ciertas decepciones o, al menos, aspectos que no se esperaba 'atizaran' al madrileño tan pronto a ojos del espejo público.

 

Entre otros motivos (que nunca se terminaron de aclarar), el Real Madrid fichó a Rafa Benítez porque consideraba que se había terminado el crédito del anterior modelo, el de Carlo Ancelotti. Un hombre, el italiano, que llegó hace ahora dos campañas al club para poner 'paz' y 'serenidad' en la plantilla tras tres años de legado de Jose Mourinho, que exprimió al plantel hasta provocar grietas importantes entre los futbolistas. Con Carletto el club ganó en paz institucional y logró la Décima, pero a costa de una progresiva acusación hacia Ancelotti de hacer que los jugadores 'se dejasen ir', un método excesivamente de mano izquierda, con poquísimas rotaciones en los partidos y que desgastó físicamente al equipo en su segundo año, sin grandes títulos. Benítez llegaba para aportar mano dura, rigidez táctica y solidez en todas las líneas, abandonando la improvisación.

 

Cuatro meses después, parece que el técnico formado en la casa blanca lo ha conseguido. Bajo su mando el Real Madrid ha encajado sólo dos goles en nueve partidos oficiales, siendo el mejor defensivamente de toda Europa. Sin embargo, ya ha comenzado el debate sobre si, a costa de conseguir estas hazañas en la parte de atrás, ha fabricado una versión del Madrid excesivamente defensiva y aburrida a ojos del espectador. Previsible en ataque, ineficaz en su línea de delanteros por momentos y, sobre todo, de actitud conservadora, algo que no gusta nada al público.

 

En las altas esferas guardan silencio y abocan a la paciencia. Creen que todo es cuestión de tiempo, el mismo que reclama el entrenador para terminar de afinar a los suyos y empezar a darle prioridad al ataque sobre la defensa, una vez que haya apuntalado definitivamente al equipo atrás; piensan que los resultados, de momento, no son malos: invictos y con todas las opciones en Liga y Champions. Sin embargo, alguno esperaba ir algo mejor en la tabla después de dos derrotas del Barcelona y otras dos del Atlético en sólo siete jornadas desde finales de agosto.

 

Pero, además, sorprende y mucho el hecho de que Benítez no haga más que meterse en 'charcos' dialécticos en cada una de las entrevistas y las comparecencias que concede. Siempre deja titulares que dan lugar al debate, a la polémica. Desde su aterrizaje en el club, ha sido parte activa en la generación de rumores sobre su relación con Cristiano Ronaldo, las tiranteces con algunos futbolistas por sus métodos y, más recientemente, su cruce de declaraciones con Sergio Ramos (iniciado por unas palabras suyas) o los 'palos velados' a Benzema o a Jesé Rodríguez. En un entrenador con tantísima experiencia como él, ¿no sería más fácil no dar facilidades a la prensa en este aspecto?

 

Sólo estas dos cosas 'manchan' ligeramente su curriculum tras algo más de 100 días como tecnico blanco. De lo que pase a partir de ahora empezará a depender la imagen más generalizada que se tenga de él.