Rafa Benítez amenazó con la dimisión en el cara a cara con Florentino

Rafa Benítez ha dejado a Florentino Pérez y amigos tragando saliva. La retahíla de argumentos del entrenador a los críticos es de no parar: primero, si quieres ser el técnico, baja tú al vestuario. Segundo, así no sigo. Y tercero, desde ya se terminaron lo intocables.

El madrileño calló bocas por la vía rápida advirtiendo que la alineación ante el Barcelona era petición de las alturas. Rafa no quería a James en el once. Tampoco a Benzema. Una decisión que fue intervenida desde los despachos. Además, recordó sus avisos solo poner un pie en el Madrid: Cristiano está en la recta final, Bale no encaja en el sistema y Karim no es un perfil del gusto de Rafa. El técnico puso tres fichajes, imprescindibles, sobre la mesa y aún espera: un lateral izquierdo, un medio centro defensivo -Kovacic no era elegido por Rafa que apostaba por Arturo Vidal- y un delantero centro.

Benítez se compromete a apretar en su trabajo, pero pide al club que haga el suyo por igual. El ex del Nápoles, que sigue muy contrariado por la falta de defensa de su persona desde el club ante los continuos ataques del vestuario, quiere luz verde para sentar a los cracks, hacer y deshacer a su antojo de aquí a junio.

Además, Rafa recuerda: no ha cambiado sus postulados, sabían a quien fichaban, su estilo/modelo que ha puesto patas arriba a un vestuario que se queja de aburrimiento/robotización. Benítez espetó en la tensión que fue el Real quien vino a buscarle y no al revés, y que lo hizo para romper con la metodología de Ancelotti: querían mano dura, rectitud y disciplina. Y ganar: sumar puntos, victorias y títulos sin discutir los medios -un fútbol más o menos vistoso- para lograrlo.