Las cinco claves que explican el motivo de que la lógica se impusiese al corazón

Las cinco claves que explican el motivo de que la lógica se impusiese al corazón

El Sevilla disputará la final de la Copa contra el Barça, tras empatar en el campo de un Celta, que luchó a la heroica para conseguir la remontada

Pese a la ventaja con que viajó el Sevilla a Vigo (4-0), el partido de vuelta de las semifinales de Copa fue de todo menos un trámite.

 

Se disputó bajo una intensa lluvia, que en la segunda parte dejó el terreno de juego impracticable, pero ni el abultado resultado de la ida ni las condiciones meteorológicas impidieron ver un buen partido, salpicado con tintes de épica.

 

Ambos equipos salieron a por todas. Le tocaba al Celta la parte más ardua y antes del descanso logró marcar el primer gol (36’). El incansable Iago Aspas inició la jugada con un pase excelente a Orellana. El chileno esperó hasta la llegada del mismo compañero que al segundo palo remató a placer.

 

Se abrían las esperanzas y más cuando al inicio de la segunda parte, los locales consiguieron el 2-0 (55’) por mediación de nuevo de Aspas, que empujó a placer ante el mal despeje de Sergio Rico después del centrochut de Wass desde la derecha.

 

Sin embargo y por si hubiera poca agua, al Celta le cayó un jarro de agua fría con el tanto del sevillista Banega apenas dos minutos después (57’). El argentino con una jugada individual llegó hasta el área y con un derechazo batió por raso a Rubén Blanco.

 

Siguió buscándolo el equipo celtiña y de esa insistencia llegó la jugada del penalti sobre Guidetti. Pitó la pena máxima Martínez Munuera, pero elmismo Guidetti lanzó y estrelló el balón en el palo.

 

No desfalleció el Celta ni por esas. Llevaba una y otra vez el peligro al área de Sergio Rico, aunque sin fortuna hasta que en el 87’ Konoplyanka marcaba para el Sevilla al rematar después de una buena jugada de Vitolo por banda derecha.

 

No hubo tiempo para más. El Sevilla cumplió su objetivo y el Celta lo dio todo, recibiendo una ovación de la grada por el esfuerzo realizado.

 

 

Las cinco claves

 

El penalti. El portero del Sevilla Sergio Rico derribó claramente a Guidetti dentro del área en un mano a mano. Pena máxima y ¿expulsión? Martínez Munuera le mostró la amarilla. El delantero luego estrelló el balón al palo. El marcador estaba 2-1 y de marcarlo la emoción hubiese aumentado

 

Banega. El gol centrocampista argentino fue fundamental para su equipo. Lo marcó en el momento justo y en jugada personal. El Celta se iba arriba con 2-0 y el tanto de Banega sirvió para enfriar de nuevo el partido.

 

Iago Aspas. Marcó dos goles y dispuso de buenas ocasiones para aumentar su casillero y el del Celta. El ex del Sevilla tenía ganas a su antiguo equipo, después de que su última campaña en el Pizjuán apenas dispusiese de oportunidades.

 

Las tarjetas. Al margen del color de la mostrada a Sergio Rico, por parte del Sevilla los dos centrales Rami y Kolo se hubiesen perdido la final de ver una cartulina. No quiso jugársela Emery y puso a los mejores, pese a correr este riesgo. Sí la vio N’Zonzi que no estará en el decisivo choque ante el Barça.

 

El diluvio. Llovió intensamente durante los noventa minutos, motivando que las acciones fuesen aún más espectaculares y provocando que los jugadores realizasen el doble de esfuerzo. Nadie, sin embargo, bajó los brazos.