Si Benzema y CR7 no llegan al City, Zidane lo tiene todo pensado (y aprovechará)

"Por una parte es un problema que siempre quiera jugar, pero por otro lado es bueno que alguien como él (Cristiano) siempre esté dispuesto a salir al campo [...] Yo no le veo fundido, la lesión fue una anécdota y no es un problema que siempre quiera jugar, hago una lectura en positivo por todo lo que puede aportar". Con estas palabras, añadiendo alguna que otra 'malsonante' ("lo hace de puta madre"), Zinedine Zidane no sólo habló sobre el crack portugués del Real Madrid en la previa del encuentro que a los suyos les costó horrores sacar adelante en Vallecas. También demuestra cómo se toma las cosas, los problemas que debe afrontar en el vestuario como entrenador del Real Madrid. Al igual que su sello en el equipo empieza a ser reconocible sobre el césped, también él empieza a tener carácter propio en las ruedas de prensa, demostrando, como su máximo mentor, Carlo Ancelotti, que puede darle la vuelta a cualquier adversidad que salga de la boca de los periodistas.

Algo parecido tiene en mente el francés para el partido de ida de semifinales de la Champions League ante el Manchester City. Habrá que ver las impresiones del técnico en la rueda de prensa previa al partido, pero lo que dicta la lógica y la experiencia es que el galo dispondrá a la BBC al completo en el Etihad, pese a que pueda jugarse el físico de Cristiano y Karim Benzema de cara a la vuelta, al final de la Liga y a una hipotética final. Manda el ahora. Y lo visto ante el Rayo le hace creer al entrenador que si algún engranaje falla, habrá piezas de repuesto en el banquillo.

Como Lucas Vázquez, que se ha convertido en más realidad que sensación, y que fue decisivo en los dos últimos partidos del Real Madrid. Ante el Villarreal en el Bernabéu, partiendo desde el inicio y sumando con un gol que sentenciaba un difícil y trabajado encuentro; y contra el Rayo saliendo desde la banca y empatando como menos se esperaría de él, con un cabezazo fruto de su ímpetu por terminar de derribar una puerta que ya prácticamente está en el suelo, quizá con algún compañero debajo fagocitado por su mayor ambición (Jesé) y con Zidane observando desde la banda. El gallego será su reparador en el caso de que tanto CR7 como Karim se resientan de sus respectivos problemas.

Y lo mejor es que Zizou confía tanto en él como, pese a que no está teniendo ni suerte ni buenas críticas, el propio Jesé o incluso los venidos a menos James o Isco si tiene la mala fortuna de colocar de titulares al luso y al francés y después éstos no pueden acabar el partido. De esa forma podrá apuntarse el carro del "aprovecha todo lo que tiene", "hace funcionar a la segunda unidad", "los suplentes suman", y todo ese repertorio de tópicos que casi nunca suelen funcionar con un Madrid excesivamente acostumbrado a sus titulares y, concretamente, a la conexión franco-portuguesa de su delantera.

Zidane lo tiene todo calculado, tanto en lo positivo como en lo no tan positivo. Confía en su buena estrella. Veremos si ésta le sigue acompañando también en la Champions.