las lesiones en el Madrid reabren la herida entre la plantilla y el club
Cristiano Ronaldo y Karim Benzema vuelven a poner de actualidad un tema que lleva mucho tiempo siendo tabú en la entidad.
El lío de médicos que Cristiano Ronaldo se ha traído consigo en estos días posteriores a ser descartado para el partido de ida de semifinales de la Champions League ante el Manchester City ha vuelto a poner al aire libre y en boca de todos el descontrol existente con los servicios médicos del Real Madrid y la plantilla blanca. Hasta a dos especialistas distintos a los del club, uno en Manchester y otro en Madrid, donde acudió a la Clínica Ruber para tener una opinión diferenciada de la de los galenos de la entidad sobre sus problemas musculares, han hecho saltar las alarmas y, además, han confirmado que ni CR7 ni, como él, muchos jugadores de la plantilla, tienen confianza en la que debería ser una de las parcelas mejor cuidadas del club.
Y es que ya hemos contado muchas veces lo que sucede dentro de la entidad en este sentido. Un culpable a ojos de la plantilla, el polémico doctor Olmo, protegido por las altas esferas del Madrid, contra un grupo de jugadores, la mayoría del núcleo duro del vestuario, que congeniaba más con los diagnósticos y los métodos que el anterior servicio médico (usurpado por Olmo) ofrecía. Ahora, muchos jugadores acuden a Clínicas o consultas externas, privadas, por su cuenta. Y muchas de ellas, de profesionales que hasta hace bien poco formaban parte del organigrama médico del Madrid, como Pedro Chueca.
No han sido pocas las veces que la plantilla le ha pedido al presidente un cambio en este sentido, el regreso de los viejos fisios y la salida de Olmo de la entidad, algo a lo que hasta ahora el club se ha cerrado en banda. Por el contrario, el llamado 'doctor estiramientos' sobrevive a cualquier crisis, e incluso se impone sea cual sea el inquilino del banquillo blanco, cuando los entrenadores suelen tener a sus especialistas médicos de confianza. La tensión ha llegado hasta tal punto que incluso de filtró hace tiempo que la plantilla no dejaba a Jesús Olmo entrar al vestuario porque se le consideraba un 'topo' de la directiva.
Sea o no sea cierto, lo evidente es que no hay ni una confianza por parte de los jugadores, que constantemente acuden a servicios externos a tratarse, ni tampoco una coherencia en el club, que lo permite y al que no le importa la mala fama que tienen actualmente sus médicos. Incluso Sergio Ramos reconoció esta misma temporada que los futbolistas no estaban a gusto en este aspecto y que habría que sentarse a hablar al final de la temporada. Veremos si eso pasa. De momento, el Madrid ha vuelto a dejar una imagen paupérrima en cuanto a fiabilidad médica en el tramo final de la campaña, con cabreo de Cristiano Ronaldo incluido.