Las brabuconadas de Van Gaal que le condenaron en el Manchester United

Las brabuconadas de Van Gaal que le condenaron en el Manchester United

La plantilla del conjunto de Old Trafford acabó más que quemada con algunas de las decisiones del técnico holandés

El Manchester United ha acabado optando por el despido de Louis van Gaal. Algo que, según ha publicado The Independent, podría haber hecho hace ya mucho tiempo. Este diario inglés ha desvelado algunas de las brabuconadas del técnico holandés que acabaron por poner a todo el vestuario de uñas en contra de su figura.

 

La famosa libreta de Van Gaal, su forma cuadriculada de entender el fútbol, fue uno de los primeros puntos de colisión. A los jugadores, además, tampoco les hizo ni pizca de gracia que cambiara el hotel de concentración en Los Ángeles, en verano de 2014, por otro más modesto porque estaba más cerca del campo de entrenamiento. El plan de los entrenamientos también era absolutamente draconiano: incluía doble sesión, la primera de ellas a las 8.30 de la mañana, lecciones tácticas tras la cena y todos a la cama a las 22.30 horas. 

 

Otra de las decisiones que levantó ampollas fue que decidiera quitar el tradicional día libre tras un partido y, en lugar de eso, oblilgar a sus jugadores a acudir, ver vídeos del próximo oponente y criticarlos ante sus compañeros. Rooney y Carrick le pidieron que recapacitara. Y lo hizo. A su manera: cambió las sesiones de vídeo por correos electrónicos en los que incluía tanto las imágenes que quería que vieran como las correspondientes críticas. ¿La reacción de los jugadores? Al principio, caso omiso, hasta que se enteraron de que el entrenador tomaba nota de quién no le hacia caso. El siguiente paso fue fácil: abrir los mensajes, pero no leerlos.

 

La prohibición de golpear el balón al primer toque, el trato de favor a Bastian Schweinsgteiger, el ninguneo que sufrió Víctor Valdés e incluso algo tan aparentemente estúpido como permitir que un joven jugador se llevara a su casa huevos cocinados en el club porque, según decía, él no sabía hacerlo fueron al final una serie de meteduras de pata que provocaron que la plantilla se fuera distanciando cada vez más de él. Aunque su despido no fue oficial hasta el pasado lunes, la suya era la crónica de una muerte anunciada.