Bronca en el vestuario del Barça tras ganar al Sevilla en la Supercopa

Bronca en el vestuario del Barça tras ganar al Sevilla en la Supercopa

Los incendios internos enturbian el 0-2 en el Sánchez Pizjuán

Aguas revueltas. El nuevo curso empieza con resultados excelentes, pero con un clima interno que amenaza tormenta. El 0-2 ante el Sevilla deja muertos en el armario de un Barcelona al que se le acumulan los casos abiertos. A saber.

 

Aleix Vidal lleva peor que mal su rol secundario a las órdenes de ‘Lucho’. El asturiano ha dado órdenes de encontrar una salida al español antes del cierre de mercado para poder encarar una fichaje que cubra con garantías el lateral. En el primer encuentro oficial, Vidal desaparecía del once. Como ya advirtió ‘Don Balón’ desde la pretemporada, el entrenador del Barcelona no tiene ninguna confianza en un jugador que ha tensado las relaciones personales con el técnico hasta el extremo: Luis Enrique no le perdona su ‘actitud’ el pasado curso, pero aún menos el atrevimiento en el presente cuando soltó la lengua ante la prensa aireando las miserias de una relación tocada de muerte.

 

Otro que anda con el gesto torcido es Jordi Alba. Intocable por falta de competencia, Luis Enrique mandó un primer aviso al internacional: la titularidad se gana partido a partido. Apurar las vacaciones hasta el extremo y unas inoportuna gastroenteritis que ha levantado sospechas en el ‘staff’ han sido los mejores argumentos para mandar un primer aviso a un Alba al que ‘Lucho’ le tiene la matrícula tomada desde el pasado curso.

 

Una situación incómoda que se añade al otro gran incendio del vestuario: Claudio Bravo y Ter Stegen siguen sin dirigrise la palabra. El chileno amenaza con dejar al Barcelona tirado después de que el club decantara la balanza en favor del alemán. Y el Baçra avisa de que no habrá salida si no se hace efectivo el pago de la cláusula.