La victoria del Barça en la Supercopa deja un primer muerto en el vestuario

La victoria del Barça en la Supercopa deja un primer muerto en el vestuario

Los conflictos internos ensucian el primer título de la temporada

Aguas revueltas. La felicidad del equipo por la victoria en la Supercopa de España contrasta con avisos a navegantes que salen desde dentro del vestuario culé y que advierten de casos abierta que amenazan la teórica paz en la caseta.

 

Sergio Busquets lanzaba la piedra al término del torneo avisando que los nuevos fichajes no habían solventado uno de los principales problemas del equipo la pasada temporada: el fondo de armario. “Se ha fichado más gente de lo normal, gente joven. Podemos ser un equipo con más banquillo, pero hasta que nos respeten las lesiones. Esperemos que no nos afecten y que todos se recuperen lo más pronto posible y estar todos disponibles para tener más variantes", para apuntillar: “Físicamente llegamos cansados a la Liga”.

 

Un aviso a navegantes que no tapa males mayores. Las caras largas de algunos futbolistas del Barcelona van a más. En este sentido, el que se lleva la palma es Aleix Vidal. Al catalán la titularidad en la Supercopa le supo a cuerno quemado. Luis Enrique dio descanso a Sergi Roberto en la posición que parte como fijo en el once. ‘Lucho’ se ha decantado por Roberto dejando a Vidal, que arrancará la Liga desde el banquillo, en una situación insostenible a medio plazo.

 

El ex del Sevilla fue fichado como relevo futuro de Dani Alves. Ahora, con el brasileño fuera del Barça, el técnico asturiano, que mantiene una sintonía nula con Aleix, ha preferido reconvertir a un medio como Sergi al lateral que dar la batuta del puesto a Vidal.

 

Otro que anda con la mosca detrás de la oreja es Iván Rakitic. Con la llegada de André Gomes y la recuperación de la mejor versión de Arda Turan, el croata ha visto como su rol de intocable desaparecía. Además, el jugador sigue esperando una mejora a la altura de su calidad que el Barcelona niega en las cifras que propone el entorno del ‘4’.

 

Por último, la salida de Claudio Bravo deja heridas abiertas en la caseta. La manera en la que Ter Stegen ha presionado para liquidar al chileno coloca al portero alemán en una posición de extrema incomodidad en el grupo. Y aún tiene que volver Neymar que avisa a Messi que, tras la renovación, viene con hambre de ser el número uno.