El 'pique' interno en el Betis tras la destitución de Gustavo Poyet

El 'pique' interno en el Betis tras la destitución de Gustavo Poyet

El asunto de su cese podría dejar algún otro ‘tocado’ dentro del organigrama del club andaluz.

Aunque Víctor Sánchez del Amo ya ha tomado las riendas del Real Betis y Gustavo Poyet ya es historia, el despido del técnico uruguayo sigue dando que hablar. Y es que solo tres meses después de que la entidad apostara por él de forma fuerte, el consejo de administración ha tenido que afrontar otro fracaso deportivo. Y eso, hablando de la agitación siempre existente en el entorno del Betis, da a entender que cada equivocación institucional provoca incendios. En este caso, la peor parte se la lleva Miguel Torrecilla.

 

El director deportivo, que apenas lleva unos meses en el cargo y que llegó con la vitola de haber sido el hombre que, entre otras cosas, gestionó deportivamente el éxito del Celta en los últimos años, fue sin duda la clave de la llegada de Poyet al banquillo del Benito Villamarín. El charrúa fue su apuesta personal para devolver al equipo bético a las posiciones altas de la clasificación tras años de penurias, concretamente para estar “entre los diez primeros” de la Liga. Todo lo que no fuese eso sería considerado un revés deportivo. Y ahora los hechos le señalan como responsable.

 

 

Quizá por eso, y después de haber aguantado a Poyet hasta que ha podido, Torrecilla se mostraba tenso y defensivo en su última comparecencia pública ante los medios: “Es la cuarta vez en 16 años que tengo que estar en esa situación. No es agradable, pero se toma por el estudio de la situación. Me preguntaron por un plan B y yo dije que existía […] Si estar reunidos con cinco entrenadores es no hacer una gestión buena...”. También añadió que “un director deportivo tiene diferentes armas para que un proyecto llegue a buen fin. Eso pasa si en la jornada 38 han cumplido los objetivos. Para eso tienes un mercado veraniego, con las limitaciones económicas que haya. Y también hay un mercado invernal en el que tienes que ver cómo va el entrenador o cambiar como ha pasado. Una de las opciones del director deportivo es cambiar de entrenador”.

 

Está claro que por nada del mundo quería Torrecilla haber llegado a esta situación: “Decepción... no soy un director deportivo de cesar entrenadores, pero el mundo del fútbol te lleva a tomar decisiones. Sería un fracaso si todas las decisiones que he tomado llevaran al Betis a no conseguir el objetivo en la jornada 38 [..] La dinámica me hacía pensar que podíamos empeorar. Sobre todo en los dos últimos partidos he pensado que podíamos caer un poco más”. Si había dos figuras en las que el beticismo había depositado mucha fe a la hora de ver otra versión de su equipo esta temporada, una era Poyet, y la otra Torrecilla. El primero ya no está, y el segundo ha quedado tocado.