El Madrid se trae un nuevo (y sonrojante) lío de vuelta de Valencia

Ni dos semanas. Eso es lo que ha durado el estado de 'vacía' de la enfermería del Real Madrid después de que Gareth Bale abandonara su condición de baja hace pocos días. Zinedine Zidane confirmaba en una de sus últimas ruedas de prensa que algunos de los futbolistas blancos que no convocaba en los últimos partidos solo sufrían molestias que les impedían jugar, pero que no se trataba de lesiones graves. Ahora todo eso ha podido cambiar después de que en Mestalla, Raphael Varane tuviera que ser sustituido después de hacer un partido, todo hay que decirlo, muy malo por su parte.

Varios errores de bulto del central durante el choque comprometieron la victoria madridista en Valencia. De hecho, Varane fue el principal culpable de la pérdida de balón y la acción que origina el 2-0, obra de Orellana, junto a Keylor Navas. El francés ha quedado como uno de los señalados. Ya no se recuperó en el resto del choque y fue cambiado, según Zidane, por una sobrecarga simple. Sin embargo, con el paso de las horas, esa sobrecarga se ha transformado en una posible rotura.

Habrá que esperar a que al futbolista se le realicen las pruebas pertinentes y a que la dolencia evolucione, pero de momento ya es seria duda para el encuentro ante el Nápoles en San Paolo, dentro de dos semanas. No puede pasar mucho tiempo sin que Zidane tenga que realizar rotaciones forzosas.

El asunto vuelve a poner en jaque a los servicios médicos del Real Madrid, otra vez señalados por la evidente plaga de lesiones que asola al equipo desde que se inició la temporada. El volumen de problemas musculares que lleva sufriendo el colectivo madridista en los últimos tres años es impropio de un club de élite y no se había visto en el Real Madrid nunca antes. Y suele ser achacado por muchos medios al enfrentamiento que, desde hace tiempo, mantienen los jugadores con el jefe de los servicios médicos, el doctor Jesús Olmo.