Zidane impone una condición para el próximo Galáctico (pero Cristiano tiene la última palabra)

Tal y como hemos venido contando en Don Balón este jueves, es año de elecciones en el Real Madrid y, por tanto, se espera que Florentino Pérez intente algún fichaje de renombre con el que ilusionar a los aficionados merengues. Se entiende también que es necesario hasta cierto punto, ya que hay varios jugadores en la actual plantilla que reclaman minutos y cuya continuidad al final del curso no está nada clara. Pero hay varias cuestiones importantes acerca de un fichaje así que merece la pena analizar.

Es muy probable que, tratándose de un Galáctico, el fichaje llegue para la delantera o el ataque, las líneas que siempre despiertan mayor ilusión. Pero el Madrid tiene una nómina de jugadores estratosférica en esas líneas, y por encima de todos está Cristiano Ronaldo. Cuenta el diario MARCA que el portugués será 'quien decida' el nombre del próximo fichaje estrella del club. Y lo hará porque el Madrid actuará de una forma u otra en función de si el portugués continúa siendo extremo izquierdo la próxima temporada o decide evolucionar definitivamente y variar su posición dentro del terreno de juego, pasando a ser un nueve más de área.

En principio, parece que Ronaldo quiere seguir partiendo desde la izquierda, lugar donde cree que tiene más capacidad para sacar a relucir sus prestaciones. Aunque ya no es tan veloz como antes sigue siéndolo lo suficiente como para sorprender viniendo más desde atrás o entre líneas que jugando como un hombre fijo entre los centrales del equipo rival. Por tanto, el fichaje que practique el club no podría 'comerle' ese sitio por la banda izquierda. Sin contar con que el otro 'gallo' en el gallinero madridista, Gareth Bale, también es zurdo y aspira a jugar ahí algún día.

Zinedine Zidane también tendrá, según el citado medio, voz y voto en los fichajes del próximo año y, de entre ellos, en el Galáctico que venga. La condición del técnico francés va más por otros derroteros: no quiere a nadie que no sea capaz de asimilar sus ideas y su forma de gestionar el vestuario, con las novedades del reparto de minutos entre compañeros y las rotaciones. Su máxima es mantener el buen rollo imperante ahora mismo en la caseta. Así pues, quien venga tendrá que contentar a los dos, al entrenador y al jugador estrella... aunque parece que el club volverá a construir todo en torno a Cristiano.