Zidane ata en corto a Florentino Pérez: la exigencia del francés que pone en jaque al presidente
Se avecinan diez días de mucho debate en el Real Madrid.
La goleada del Real Madrid ante el Deportivo de la Coruña a última hora de este domingo (0-3) puso de manifiesto, si no confirmó, que esta Liga ha comenzado como terminó la pasada: con un campeón que sigue jugando y ganando como tal, al que no se le han olvidado las virtudes que le llevaron al título el pasado curso. Buen juego, solidaridad y sobre todo rotaciones e implicación de todos. Zizou avisa de que quiere seguir con su idea de que la plantilla entera participe de un ejercicio coral de muestra de hambre de títulos, y eso se vio en uno de esos partidos que otrora se le atragantaban tres veces de cada cinco al conjunto blanco.
El Real pasó por encima del Depor con comodidad, y pese a que los locales pudieron marcar varias veces por mediación de Andone. Casi nunca vio peligrar la victoria, con cuatro cambios respecto al último partido frente al Barcelona. Nacho, Isco, Casemiro y Bale no fueron titulares en el Clásico y sí en Riazor, y debutó Llorente, algo que sigue demostrando que lo de dar bola a todos, lo del "no hay equipo A ni equipo B" es una realidad incontestable que iremos viendo a lo largo de este curso.
Lo que sucedió en Riazor reforzó la idea que tiene el técnico madridista respecto a lo que resta de mercado de fichajes, y así volvió a dejarlo claro en la rueda de prensa posterior a la victoria: "Nadie me ha pedido salir, quiero a esta plantilla como está y espero que no hagan cambios. Hasta el 31 puede pasar de todo". Es un mensaje claro e inequívoco a Florentino Pérez. Zizou no desea romper el buen ambiente del vestuario con algún fichaje que meta una competencia tóxica en el equipo (Mbappé).
Veremos qué hace Pérez, que tiene diez días para decidir y sabe que, pese a lo que diga el francés, es indudable que la plantilla del Real Madrid se ha debilitado respecto a la del año pasado y eso podría acabar pasando factura a lo largo de la temporada. Se marcharon dos delanteros y sólo llegó uno, con menos bagaje, además, que Morata. Y hay menos experiencia en el banquillo. El presidente decide... pero atado en corto por la mini 'presión' que le meten desde la sala de prensa.