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Cristiano traslada a Florentino el precio del "Soy feliz " en el Madrid

Ronaldo marca unas líneas muy claras para seguir en el Real

El 'amor' de CR7 al Real tiene un precio. No son euros. Es importancia. El luso cumple la parte del trato: cuenta en 'A Bola' que "Soy feliz" en el Madrid y luego pasa el cepillo. A saber.

 

Cristiano Ronaldo quiere un Madrid a medida. El '7' blanco no está para historias. Su carrera es lo primero y depués está el resto. Tras una temporada en la que ha visto a Messi levantar Copa/Liga/Champions y al que aún le falta ir a por el Balón de Oro 2015, el tema se pone serio. Ronaldo pide a Florentino -así se lo hará saber a Benítez- un equipo ganador a su disposición. El portugués se muestra muy crítico con la actual plantilla: falta nivel, banquillo y la planificación ha sido nefasta. Pide/quiere una plantilla mejor para seguir. Un proyecto hecho en torno a su persona. Fichar jugadores y no nombres.

 

Tras ganar la ‘Décima’, el presidente volvió a ser presa de un ‘delirio’ súbito e hizo lo que quiso en el vestuario y CR7 afirma que ha pagado las consecuencias: el equipo ha dado un paso atrás en 2014-15.



Después de Lisboa el máximo mandatario del Madrid agitó la plantilla sin un criterio claro, cambiando cromos a su capricho, prescindiendo de algunos puntales (Xabi Alonso), dando salida a los que no vendían una camiseta y, encima, querían cobrar como el que más (Di María), contratando a la campeón del momento (Kroos) y fichando a la perla del Mundial de Brasil (James) cuando el once del Real necesitaba otro perfil de futbolista que ha terminado por firmar el año en blanco en el Madrid.



CR7 quiere un Real sin conflictos. Solucionar la situación de Iker Casillas y renovar a Sergio Ramos, otro de los puntales en defensa que Florentino tiene cruzado -en el Madrid la frase del presidente: "Si se va, vendrá uno mejor", ya corre como la pólvora-.



Ronaldo no quiere conflictos en el vestuario. Ni volver vivir un año en blanco. Su apuesta por el Madrid será en la medida que el Madrid apueste por él. Y, muy especialmente, Rafa Benítez.



Bale debe estar por detrás

Las decisiones de Rafa respecto a Ronaldo en la pretemporada decantarán la balanza. El madrileño ha pedido un cara a cara con el portugués para limar asperezas, pero CR7 no quiere palabras y pide hecho.



Desde el entorno de Ronaldo sostiene que los últimos movimientos/filtraciones de Rafa Benítez parecen pensados para desgastar a Cristiano. Estas mismas voces han deslizado sin pudro que el delantero luso no se sentía nada cómodo con la elección el madrileño. Cistiano no comparte algunas máximas de Benítez: sabe que con Rafa todos los jugadores pasan por sus ciclos de actividad y de descanso. De eso no se libra nadie. Todo está milimétricamente calculado, según criterios que van mucho más allá de las demandas de un Ronaldo que, como Leo, no quiere salir del campo ni en los amistosos.



Con Benítez ver a CR7 en el banquillo no será una locura, apunta a habitual. Una realidad por la que Cristiano no va a pasar: el portugués tiene una lucha consigo mismo y su máximo rival, Messi, para superar permanentemente sus récords. No soporta la suplencia. Ni la acepta.



Cristiano no se va a someter a una reducción de minutos, ni va a permitir que Bale le pase por delante como apuntan algunas voces en el Madrid jugando en su posición: Ronaldo pasaría a ejercer de delantero centro, mientras Gareth regresaría a la banda izquierda, espacio del portugués en el Real hasta la fecha. Tampoco aceptará un mayor protagonismo de Gareth. Y aún menos una perdida de liderazgo en su favor: Ronaldo es el crack del Madrid. Por detrás, quien venga. Por delante, nadie.


El problema es que Benítez ve en el galés la proyección y juventud que le faltan a un Ronaldo que se encuentra en la recta final de su recorrido. Cristiano necesita la máxima presencia sobre el césped en las que serán sus últimas temporadas al máximo nivel. Un equipo que juegue para él y por él, una idea alejada de la propuesta que tiene Rafa en su psique para este nuevo Madrid y que puede terminar echando al luso del club.