Entra dentro del guion de una de las mayores celebridades del planeta el hacer lo que quieres, cuándo quieres y cómo quieres. Tiene sus ventajas ser una cantante de reconocimiento global, como por ejemplo poder vestir como quieras y llevar continuamente looks de una excentricidad fuera de lo común. Rihanna es mucho de las dos cosas: estrella total y modista a tiempo completo.
Otra cosa es que se entiendan sus modelitos. Pero a Rihanna no le hace falta se le entienda, ella va sola y marcha sin pedir permiso. Como hizo cargando con dureza contra el presidente de los Estados Unidos, al que le llueven críticas de todas las formas, maneras y direcciones por sus políticas contra la inmigración, los servicios públicos, la libertad y el medio ambiente, ya se sabe, América primero, pero a costa de quitar a los americanos todos esos derechos. Eso es lo que opina la reina de Barbados, que ha ido un poco más allá.
A raíz de los atentados de El Paso, la cantante publicaba un tuit en el que le decía a Trump que no restase importancia a la masacre y le diera el nombre apropiado: terrorismo, sumándose así al número creciente de norteamericanos que piden un control de las armas mucho mayor en un país con una alta inseguridad y muertes por este tipo de sucesos.
Pero Rihanna es una diva y no podía perderse, pese a involucrarse en la vida del país en el que vive, el carnaval de su tierra. Un aspecto más acorde con su perfil. Y allí fue disfrazada con un vestido que trae cola y está cubriendo de comentarios las redes sociales. Y es que parecía un chicle andante, con un conjunto de bailarina de amplio escote y con gran cantidad de plumas rodeando el todo, eso sí, con un calzado de más de 1300 dólares con textura en satén de la marca Midnight 00.