“¡Vaya cola tiene Ana Lucía Domínguez!”: la foto en la playa
Otra manera de dar a conocer su colección
Si la idea con la publicación de Ana Lucía Domínguez era dar que hablar, lo ha conseguido. Porque nada más verla las lenguas se han lanzado a comentar, a dar opiniones y a juzgar según el rasero de cada uno. Lo típico y propio de toda publicación, aunque esta vez, no les falta una pizca de razón. De poco nos sirve mantenerla en la memoria en sus papeles de Pasión de Gavilanes o en Señora de Acero, nosotros somos más de ver y de juzgar, nada de recuerdos nada frescos que puedan distorsionar la realidad más real. Tampoco ayuda mucho echar mano a sus desfiles como modelo ni a sus paseos por pasarelas. Imposible comparar el hoy de la colombiana con lo que vimos ayer. Por eso, cuando hemos visto su última publicación, hemos echado de menos ver su anatomía al completo.
Que el escenario donde está tomada, la playa, da mucho juego para enseñar sin mostrar. Y que, aunque sabemos que la actriz tiene un cuerpo diez, nada mejor que un bikini, un dos piezas para enseñarlo. A saber en qué estaba pensando la maniquí cuando escogió el look de la publicación. A saber por qué marcar caderas con unos jeans que le sientan perfectamente y no mostrarlas con un traje de baño. A saber si eso corresponde al arte de publicitarse una misma, a las necesidades de su negocio o a una simple equivocación. Porque excusa para lucir, si es que la necesitase, le sobra sobre la arena. Y porque nos parece que el marketing de sus jeans, los que comercializa bajo las siglas de su nombre, ALD, entorpece en más que algo al marketing de su otra profesión. Vaya dilema Ana Lucía. Y eso que tan sólo pretendías disfrutar de un día de playa. O, al menos, eso pensamos.