Se desvelan los motivos de la muerte del torero jerezano Rafael de Paula a los 85 años

El maestro jerezano se despide a los 85 años, dejando un legado imborrable en el mundo del toreo

Se desvelan los motivos de la muerte del torero jerezano Rafael de Paula a los 85 años

El mundo del toreo amaneció de luto al conocerse la noticia del fallecimiento de Rafael de Paula, uno de los grandes nombres del arte taurino. El torero jerezano murió en su casa, rodeado de los suyos, a los 85 años. Su salud llevaba tiempo deteriorada. En los últimos meses, su cuerpo mostraba el desgaste de una vida intensa y de una edad avanzada.

Las causas de su muerte fueron naturales. Sufría problemas respiratorios que se habían agravado recientemente, lo que provocó un desenlace tranquilo, sin sobresaltos. No hubo hospitalización ni complicaciones médicas de última hora. Su final llegó en paz, en su ciudad natal, donde siempre quiso permanecer.

Jerez de la Frontera, su tierra, ha decretado días de luto y prepara un homenaje sencillo, acorde con la figura de un hombre reservado y poco amigo del ruido. El silencio que tanto dominó en sus tardes de faena se ha convertido ahora en el mejor tributo.

El arte, la fragilidad y el legado eterno

Rafael de Paula fue mucho más que un torero, fue un artista. Su forma de entender la lidia mezclaba el valor con la estética, la técnica con la emoción. Decía más con un gesto que otros con toda una faena. Su capote era poesía. Su temple, un idioma propio.

Sin embargo, esa sensibilidad que lo elevó también lo hizo vulnerable. Las lesiones, los dolores físicos y una vida marcada por la introspección fueron moldeando su carácter. En los últimos años se apartó del foco, consciente de que su cuerpo ya no respondía, pero su mente seguía ligada al arte.

Su muerte deja un hueco difícil de llenar. No solo en el toreo, sino en la cultura andaluza, que pierde a un símbolo. Rafael de Paula fue un genio irregular, un hombre de contrastes: a veces temperamental, otras inmensamente humano. Su legado, sin embargo, permanece intacto. Hoy Jerez lo despide con respeto y emoción. Porque más allá de los trofeos y los titulares, Rafael de Paula representó la elegancia, la verdad y la pureza del toreo. Y en ese rincón silencioso donde arte y vida se confunden, seguirá toreando para siempre.