BMW se olvida de lo más importante en su nuevo X3

El habitáculo, que deja mucho que desear, es donde más tiempo pasa el conductor y no ofrece lo que se espera de la marca

BMW se olvida de lo más importante en su nuevo X3

¿Qué se le pide a un BMW? Si hubiera que resumirlo en tres palabras, esas serían sin duda clase, deportividad y solvencia. Y si, además, fuera necesario explicar qué no debe tener nunca un coche de la marca bávara, el término elegido seria extravagancias.

Eso, al menos, era así hasta hace bien poco, porque los diseñadores de la firma alemana parece que han considerado que en el nuevo X3 podían hacer de todo en el interior.  Hay alguien a quien se le ha ido la mano y, hoy, más que alemán el coche parece casi italiano, pero sin la gracia transalpina.

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Nuevo BMW X3: mismo error que el Serie 5

A pesar de las veleidades de sus diseñadores, el BMW X3 no es un coche cualquiera: mide 4,75 de largo, 1,66 de alto y ofrece una anchura de 1,92 metros. Es, por tanto, un SUV Premium grande y la capacidad de su maletero lo reafirma: 570 litros

En cuanto a propulsores, ofrece opciones MHEV de gasolina con 208 o 398 CV y opciones diesel también microhíbridas de 197 y 303 CV. Pesa 1,93 toneladas y, por supuesto, exige una nada despreciable cantidad de combustible para funcionar. Así, las versiones diesel consumen 5,9 y 6,2 litros cada 100 km y las de gasolina, 6,9 y 7,8. Su diseño exterior es equilibrado y llamativo, ajustándose a lo que se espera de la marca. Los problemas llegan, como pasó son el Serie 5, cuando abres la puerta delantera.

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Demasiado plástico para un BMW

El BMW X3 está disponible en un único acabado al que se le pueden añadir diferentes packs como, por ejemplo, el M Sport o el M Sport Pro, pero de serie llega ya muy completo: no faltan ni los faros LED, ni los asientos deportivos, ni todos los sistemas de ayuda a la conducción que puedas imaginar. 

Lo inquietante, y más teniendo en cuenta que hablamos de un coche que en su versión de acceso cuesta casi 65.000 euros, es lo que ves delante cuando conduces: nada de cuero, mucho plástico y, además, en colores demasiado llamativos. Hay, simplemente, demasiado plástico azul y rojo que, por muy corporativos que sean dichos colores, hace que se eche de menos hasta el tan difícil de mantener negro piano. No se trataba de incluir apliques de caoba; pero no, señores de BMW: no era esto.