Gabriela Martínez es una guatemalteca de clase mundial
Arropada por el amor de su familia y el deseo de posicionar en alto el deporte nacional, la raquetbolista Gabriela Martínez conquistó el mes pasado su sexta medalla de oro mundial a nivel juvenil.
Martínez añadió otro pergamino a su laureada hoja de vida y revalidó credenciales en la máxima competencia juvenil de la IRF (Federación Internacional de Raquetbol por sus siglas en inglés). Fue el 14 de noviembre cuando la jugadora elevó los brazos como campeona en la categoría de 16 años del XXVII Mundial de Santo Domingo, República Dominicana, tras vencer en la final a la norteamericana Jordan Coopperider (en dos sets con parciales de 15-6 y 15-8).
Gabriela logró previamente insignias doradas en Arizona en 2008 (categoría 8 años), Los Ángeles 2010 (10 años), en la misma sede en 2012 (12 años), en La Paz, Bolivia en 2013 (14 años) y en Calí, Colombia en 2014 (14 años).
A pesar de los constantes viajes al extranjero para competir (hasta noviembre de 2015, sumaba 10 torneos fuera del país), Gabriela ha respondido con creces sus roles de estudiante y atleta, gracias a su constancia, disciplina y pasión. Pero también con el soporte indispensable de sus padres, Héctor y Roxana, quienes son parte de su equipo.
"Son mi apoyo principal para motivarme a seguir estudiando y entrenando fuerte. Me llevan a todos mis entrenamientos y cuando empecé me acompañaban a mis torneos", asegura.
Gabriela aspira a ser un modelo a seguir. En octubre terminó tercero básico con promedio de 93 puntos en el Colegio Internacional, donde ha además ha sido abanderada de su clase.
˝Ha sido difícil de sobrellevar. Desde pequeña siembre fui buena estudiante y por eso mis profesores me han exigido buenas notas. Al mismo tiempo el nivel del raquetbol crece año con año. Es duro mantener el balance pero en mis ratos libres antes de entrenar, me dedico a hacer bien mis tareas" añade.
Raqueta de oro
La historia de Ana Gabriela Martínez con este deporte de raqueta comenzó quizá por casualidad o más bien como un descubrimiento en el Club donde solía pasar sus ratos libres.
"Jugaba tenis en el Club Cascadas y lo ruidoso del raquetbol me llamó la atención. Probé el deporte y me gusto mucho. Al año de estar en ambos debía decidirme por uno, ya que mis entrenadores me dijeron que eran un poco opuestos", relata.
Martínez confiesa que encontró más facilidad para el raquetbol y que de inmediato su entrenador y descubridor, Juan José Salvatierra, vio óptimas condiciones en ella.
Luego de un año de entrenar de lleno, llegó su primera conquista mundial en 2008 y que se extendió hasta el 2015.
Jugadora guerrera que anhela ser la uno del mundo
Dentro del Ciclo Olímpico, Gabriela vistió por primera vez los colores azul y blanco durante los X Juegos Centroamericanos San José 2013, cuando ganó dos oros (individual y dobles con María Rodríguez) y una plata (por equipos).
Al año siguiente dio el salto a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, donde se adjudicó dos platas (en dobles de nuevo con Rodríguez y por equipos) y un bronce (individual).
"Esos juegos guardan un lugar importante en mi corazón, ya que primero nos costó clasificar y luego ver nuestros resultados fue increíble. Me motiva mucho ese recuerdo", expresa la atleta que tras cerrar sus estudios en nivel medio está decidida a seguir la carrera de nutrición.
En 2016, tres serán sus objetivos primordiales: el Campeonato Panamericano en Chile durante marzo, el Mundial Abierto en Calí, Colombia en julio y el Mundial Juvenil en noviembre y por definir la sede.
Sin ocultar sus pretensiones en el largo plazo, Ana Gabriela confiesa que en 10 años se visualiza como la mejor raqueta del mundo, además anhela que el raquetbol pueda ser considerado para entrar al programa olímpico y sueña con ganar un oro en Juegos Panamericanos.
"Me considero una jugadora guerrera, que no se da por vencida. Con carácter serio y enojado a la hora de jugar", expresa sobre sus atributos.
Según Martínez la diferencia con las mejores exponentes del planeta, como la uno del mundo, la mexicana Paola Longoria, radica en la cantidad de tiempo dedicada a las prácticas.
"Longoria sólo se dedica a jugar y entrena un promedio de 10 horas diarias. Además marca diferencia con su saque. Le pega demasiado fuerte a la bola y a una como adversaria le cuesta responder. Pero todo esta en la práctica ", detalla.
Finalmente habla sobre su conquista en República Dominicana: "Fue una alegría inmensa porque además compartí podio con mi hermana (Andrea, junto a quien fue plata en dobles categoría 18 años). Como siempre en todos mis torneos llevo el rosario que me dieron para mi confirmación y en mis pensamientos a mis padres y a mis abuelos (Aracely Sandoval de parte de su madre y Marco Martínez y Alba Beteta de su padre)".
(*) Con información y fotos cortesía del COG.