Sin Messi (sigue) sin haber paraíso: 5 claves del pase a cuartos del Barça

Sin Messi (sigue) sin haber paraíso: 5 claves del pase a cuartos del Barça

El equipo de Luis Enrique logró su primera victoria oficial de 2017 tumbando al Athletic de Bilbao con más problemas de los previstos.

Sólo un gol de Leo Messi de falta directa, otro más, a falta de once minutos de final del partido, logró desnivelar de forma definitiva un duelo que el Barça dominó más y mejor durante los noventa minutos, aunque todavía lejos de un nivel brillante. El Athletic planteó una guerra de guerrillas ambiciosa, asumió riesgos y estuvo cerca de conseguir premio, pero se marcha de la Copa un año más ante los azulgrana. El 3-1 tuvo el sello de la MSN, que se encargó de hacer los tres tantos del choque. Estas fueron las otras claves del encuentro:

 

Tensión. Era la primera 'final' anticipada de la temporada para este Barça que navega entre dudas. Dos pinchazos en el arranque de 2017 y la serie de acontecimientos extradeportivos que habían aumentado la temperatura del club -declaraciones de Piqué sobre los árbitros, opiniones cruzadas con Luis Enrique y el plantón a la Gala de The Best de la FIFA- amenazaban con romper peligrosamente y del todo la armonía del grupo justo en el arranque de la fase decisiva de la temporada. De todo eso estaba concienciado el equipo, algo que se notó tanto en las ganas de convencer del Barcelona como sus nervios. También en la grada, que protestó airadamente bastantes acciones del partido y no estuvo nada condescendiente con el árbitro, Gil Manzano, que además contribuyó al cabreo general con algunos fallos importantes. El más grave, anular una jugada que acabó en tanto de Luis Suárez por fuera de juego inexistente de Neymar.

 

El plan del Athletic. Pese a todo esto, y a que es cierto que el equipo local era mejor, el partido discurrió por tramos de bastante equilibrio gracias a la táctica ideada por Ernesto Valverde. El técnico se dejó a Aduriz en el banquillo, es cierto, pero orquestó un sistema defensivo ambicioso que comenzaba en una presión alta y una defensa adelantada que rozaba lo suicida. Sufrió bastante el Athletic, pero por contra logró meter miedo cada vez que acertaba a robar algún balón cerca de los dominios de Cliessen. Pese a ello, faltó verticalidad y generar peligro real que intimidara al Barça.Los medios para hacerlo estaban en el banquillo.

 

Athletic

 

La MSN. En este juego contra el reloj, con Valverde esperando que pasaran los minutos para meter pólvora y tener su oportunidad y el Barcelona empujando, Messi hizo de las suyas en un balón dividido y logró hacer llegar la pelota a Neymar dentro del área, cuyo centro remató Suárez de tijera. Un golazo que no suponía apenas diferencia ni en el transcurso del partido ni en cuanto a la necesidad de los Leones de marcar un gol como fuera. El penalti, grotesco y claro, de Bóveda a Neymar al principio de la segunda mitad y transformado por el brasileño, pareció sentenciar la eliminatoria. Pero entonces, el Barça volvió a su versión más gris (nunca había sido realmente brillante) y se dejó golpear solo cuatro minutos después. En la única que tuvieron los vascos, Saborit cabeceó con el manual del juego aéreo en la mano un centro medido de Elustondo. Tocaba sufrir.

Y Messi. Hacía falta que apareciera Leo una vez más para resolver el entuerto... y lo hizo. En el 79', de falta directa otra vez, imparable para Iraizoz. La calidad de Messi para clavar libres directos, que poco a poco se están convirtiendo casi en penaltis para él, es igual a la tremenda necesidad de este tipo de acciones que está evidenciando cada vez más el Barça para resolver partidos. Así que podemos decir que la victoria es ligeramente balsámica, que hacía falta, pero que el equipo sigue adoleciendo de ciertos problemas que ante rivales de nivel medio afloran pero no acaban de quemar, pero que en choques definitivos pueden ser letales en contra. Por cierto, que Valverde recurrió a Aduriz para el segundo tiempo, pero el ariete se perdió en un juego de forcejeos y faltas con la defensa blaugrana. El fin de semana, más.