Una final sin grandes alardes

Una final sin grandes alardes

El partido estuvo marcado por el juego directo y las imprecisiones

La final de la UEFA Champions League es, sin ninguna duda, el evento por excelencia del año en lo que al panorama futbolístico se refiere. Entre uno de los grandes objetivos de los mejores equipos de Europa a principio de cada temporada está el pelear por alzarse con ‘la orejona’ al finalizar la campaña. En esta edición los encargados de ir eliminando uno por uno al resto de clubes que aspiraban a llegar a la final han sido el Liverpool y el Tottenham. Ambos conjuntos nos han regalado maravillosos encuentros que quedaran grabados en la historia del futbol. Los partidos de vuelta que enfrentaron a Liverpool y Barça, y al Ajax junto al Tottenham resultaron verdaderas obras de arte para los amantes del balompié. Es por este motivo que las expectativas para el partido de anoche estaban por las nubes.

Lamentablemente el encuentro no fue lo que se esperaba. Aunque el gol de penalty en el primer minuto transformado por Salah podía hacer presagiar un gran espectáculo, la realidad reflejó más bien todo lo contrario. Los primeros minutos estuvieron marcados por las imprecisiones de ambos conjuntos. Tanto jugadores de un bando como del otro fueron incapaces de realizar cuatro pases seguidos fruto del nerviosismo lógico de un evento de estas magnitudes.

Los pupilos de Klopp buscaban las espaldas de los defensas de los ‘Spurs’ sin cesar, respondiendo a lo que seguramente fue una de las órdenes más repetidas por el técnico hacia sus jugadores en los días previos al partido. Los de Pochettino por su parte, intentaron con más empeño controlar el balón desde atrás, pero la presión en tres cuartos de campo del Liverpool imposibilitó que lograran sacar la pelota jugada de manera clara. Sin grandes ocasiones para ninguno de los dos equipos, a excepción de un buen golpeo lejano de Alexander-Arnold, se llegó al descanso con el 1-0 a favor de los ‘reds’ en el marcador.

El guion no cambió demasiado en la segunda mitad. Ambos equipos salieron con las mismas directrices con las que habían empezado el encuentro. El Liverpool siguió abusando de los balones en largo para intentar sorprender a la zaga del Tottenham, mientras que los de Mauricio Pochettino intentaban hacerse con el control del juego sin demasiado éxito. Por pocas que fueran, las ocasiones más claras seguían siendo de los de Klopp. James Milner avisó con un disparo desde la frontal del área que salió fregando el poste izquierdo de la portería defendida por Hugo Lloris. Pocos minutos después, y en el mejor momento de los ‘Spurs’, Origi batía al meta galo con un buen zurdazo cruzado y establecía el 0-2 final en el marcador.

El segundo gol supuso un mazazo terrible para el Tottenham justo en el momento en el que acababa de gozar de las ocasiones más claras del partido. Cuando más cerca parecía el empate llegó el segundo gol que rubricó un partido muy sobrio de los de Jurgen Klopp. El técnico alemán rompe de este modo con su mala racha en las finales, y es que había perdido las 7 que había disputado hasta la fecha. El Tottenham por su parte no pudo lograr la victoria en su primera participación en una final de la Champions League.