Florentino Pérez, engañado: trampa UEFA y terribles consecuencias

Mientras en solo 48 horas el proyecto que lidera Florentino Pérez con la Superliga europea fracasa o está cerca de hacerlo, son pocos aficionados, directivos, ex futbolistas y profesionales ligados al mundo del fútbol los que, como el Real Madrid, miran con preocupación la oferta hecha por detrás por parte de los organismos internacionales y nacionales del fútbol (entre ellos LaLiga) a los clubs mantenidos con fondos de inversión y capital venido de los petrodólares, también a sus inversores, y que pasa por flexibilizar para ellos las restricciones del mercado de fichajes (entre otras cosas): o lo que es lo mismo, una condición que sí promete destruir las opciones de los equipos pequeños y también de los grandes de siempre.

Porque no nos engañemos, tras el paso atrás del Manchester City o el Chelsea, también del Paris Saint-Germain (tres equipos sin la historia suficiente como para ser considerados grandes en términos de cronología del balompié: sin ir más lejos entre los tres suman una Champions o Copa de Europa y es del todo reciente, la de los blues) subyace una contraoferta que les es muy beneficiosa a estos conglomerados mantenidos con capital que poco o nada tiene que ver con el fútbol.

Y es que el anuncio de la UEFA de flexibilizar el Fair Play Financiero ha alarmado a todos aquellos analistas, aficionados y clubs que leen entre líneas de este ataque a la Superliga, y lo ha hecho porque ya ven como el capital de estos clubs y sus dueños será un rival demasiado gigante como para mantener una lucha o una competencia equitativa. Es más, Florentino puso sobre la mesa la opción de poner un límite salarial en esta competición de tal forma que dejara equitativa la puja por las estrellas del fútbol. No, estos clubs van a ser igual o más ricos que ahora, van a conseguir todavía mejores jugadores y terminarán siendo los dominadores el fútbol mundial, si no lo son ya.

De hecho, si echan un vistazo a las actuales semifinales de Champions League, tres de los cuatro equipos pertenecen a esta nueva ola de superequipos tras los cuales hay un capital desproporcionado, como son el City, el Chelsea y el PSG. También ha molestado en el Madrid, el Barça o el Atleti que estos mismos organismos del fútbol (UEFA, LaLiga o FIFA) se posicionen tan en contra de la Superliga cuando ellos mismos ya han traicionado al aficionado medio con celebraciones de Supercopas en suelo saudí, Mundiales de Clubes en China o la misma Copa del Mundo de 2022 en Qatar.