Fue la bomba del mercado junto a Rodrygo y Hazard y solo la Champions salvará su cabeza
Angustia en el conjunto blanco con el futbolista
El Real Madrid disputa hoy la final de Copa del Rey ante Osasuna y, por enésima vez esta temporada, Ferland Mendy no está a disposición de Carlo Ancelotti. Aunque el lateral francés ha viajado con la expedición blanca a Sevilla, el propio club ha confirmado el jugador aún no se ha recuperado completamente de su último percance muscular y esto solo ha hecho que aumentar el grado de descontento que se vive con el exfutbolista del Olympique de Lyon.
Recordemos que Mendy llegó en el periodo veraniego de 2019 como uno de los grandes golpes al mercado junto a Eden Hazard, Rodrygo Goes y Éder Militão y, aunque durante mucho tiempo su nivel ha resultado muy gratificante para el proyecto merengue, la dinámica que está viviendo esta campaña el defensa de 27 años está empañando su paso por Chamartín.
A principios de temporada se antojaba realmente complicado que Florentino Pérez comenzase a valorar la venta de Mendy ya que el jugador ha gozado de mucho protagonismo con los diferentes entrenadores que han pasado por el club desde que llegó al Bernabéu hace ya cuatro campañas atrás, pero la cadena de lesiones sufrida a lo largo de la campaña parece haber enfurecido más de lo debido a las altas esferas merengues y su salida del equipo se está postulando como una posibilidad muy abierta.
El club ya cerró el fichaje de Fran García en el mes de enero y el defensa español volverá a Concha Espina para ser un miembro del primer equipo, pero ahora se está postulando como el lateral derecho titular de Real Madrid en la próxima campaña ya que las continuas lesiones de Mendy podrían seguir mermando el proyecto.
De ahí que el mes de temporada que resta por disputarse sea capital para que Ferland pueda revertir su adversa situación en el Real Madrid y demostrar su compromiso con la entidad y, ya sin opciones de ganar el campeonato liguero, el duelo ante el Manchester City con motivo de las semifinales de la Champions League será su gran oportunidad para hacer frente a las expectativas depositadas en él y diluir las dudas que lleva generando el francés durante toda la temporada, su peor temporada desde que llegó a Madrid.