Leo Messi y Neymar meten en un lío a Pochettino ante el Real Madrid

Pasando por alto que el Paris Saint-Germain ha conseguido un ritmo más o menos estable en su juego y sobre todo en sus resultados sin Leo Messi y especialmente Neymar Júnior y que el mejor del tridente galáctico del PSG sigue siendo Kylian Mbappé -es decir, el jugador que muy probablemente se vaya al final de temporada- el problema táctico de Mauricio Pochettino con al regreso del tridente y de cara a la eliminatoria ante el Madrid es enorme.

Tengan en cuenta que de primera mano el técnico argentino sabe que, con Neymar, Mbappé y Messi sobre el césped, la medular, los carriles y sus centrales han de ser especialmente cautos en la distribución y en la proposición ofensiva, ya que se presupone una capacidad defensiva nula a los tres de ataque. Pero este hecho si ya de por sí le da problemas al PSG en la Ligue 1, con un equipo acostumbrado al repliegue y salir a la contra, como es el conjunto de Ancelotti, es un quebradero de cabeza.

Conoce Pochettino de las virtudes blancas en espacios abiertos y sabe que la apuesta por su tridente va a romper líneas propias, luego los espacios en su contra, con Neymar, Messi y Mbappé en el once, van a existir. Y a Pochettino no le convence en exceso el duelo de golpes con el Madrid. Por otro lado, otra de sus preocupaciones son los costados, donde Hakimi Achraf y Nuno Mendes son muy dados a sumarse al ataque, lo que eleva el riesgo de indefensión contra Vinícius y Benzema.

Unido a ello, el míster argentino mira con mucha atención al trío del Madrid en la medular -Kroos, Modric y Casemiro- y busca la fórmula para quitarles la posesión y así poder lanzar a su MMN. Es bastante identificativo de este hecho el que la única derrota ante un adversario fuerte europeo esta campaña haya sido con el tridente sobre el césped, ante el Manchester City (2-1) mientras que la otra derrota de la temporada, ante el Rennes, se produjo con Neymar de titular. 

De modo que sí, a priori Pochettino se alegra de tener a Neymar, Messi y Mbappé, pero el trabajo defensivo del PSG con ellos salta por los aires, por lo que la alegría es contenida, máxime cuando el estado físico del 30 y el 10 está puesto en entredicho.