Messi lía la de Dios: a tortas al final del Liverpool-Barça

Indescriptible. No hay palabras. Con el recuerdo de la eliminación ante la Roma aún presente, ahora se suma un descalabro de similares dimensiones. O incluso peores.

El Barça se dejó remontar un tres cero a favor de manera estúpida. El Liverpool fue superior desde el minuto uno en todo. Ganas, intensidad y fe. Y el gol de Origi en el minuto 6 hacía presagiar lo peor.

En la segunda mitad, Wijnaldum, por partida doble, y de nuevo Origi acabaron con el sueño de Messi. Se veía venir. Este equipo no está para ganar una Champions League.

Leo no traga más. Ya son cuatro años consecutivos haciendo el ridículo. Hace falta una revolución como hace tiempo que no se ve. Comenzando por el banquillo.

Ernesto Valverde tiene complicado seguir. Su propuesta de futbol rácana y defensiva no encaja con la filosofía azulgrana. La afición no le quiere y los pesos pesados no le tienen respeto.

Messi, de hecho, le recriminó su alineación. El capitán ya avisó de que Sergi Roberto y Coutinho no podrían jugarlo. El primero no es lateral y Origi, Robertson y Mané hicieron lo que quisieron por su banda.

Del segundo, mejor ni hablar. Caminando aporta lo mismo que corriendo, es decir, nada de nada. Estorba. Encontrar a algún cliente es una quimera para un jugador que cuesta creer que viva del fútbol.

Habrá más salidas. Rakitic dejaría dinero y espacio en la plantilla. Igual que Umtiti. Frenkie de Jong y Matthijs de Ligt serán sus relevos generacionales en el Barça.

Otros que pueden salir son Ousmane Dembélé, Malcom y Cillessen si llega una oferta convincente. Junto a ellos, otros que saldrán seguro, Murillo, Boateng, Rafinha y Vermaelen.

Otra vez a esperar un año más para la Champions