Después de la grave indisciplina, Hansi Flick le ha pedido que busque nuevo equipo
Tras sus palabras y su falta de disciplina, el Barça le busca una salida urgente

Hansi Flick no es uno de esos entrenadores que se lo permite todo a sus jugadores. El técnico alemán es de esos que va perdonando, pero que nunca olvida. Sin embargo, a pesar de su capacidad para aceptar las disculpas y dar nuevas oportunidades, hay momentos en los que Flick llega al límite y decide que ya es suficiente. En especial con aquellos que son reincidentes y en episodios graves. Pues, una cosa es llegar dos minutos tarde como Koundé y otra muy diferente es salir de fiesta cada viernes y luego quejarse públicamente del entrenador, como ha hecho Pablo Torre.
El centrocampista cántabro llegó al Barça como uno de esos futbolistas que son vistos como los elegidos. Pablo Torre era uno de esos futbolistas tocados por una varita que les ha dado, de alguna forma, un talento que el resto de los mortales ni nos podemos imaginar. Un talento que llevó a Pablo a brillar como nadie en el Racing y a llamar la atención del Barça, que apostó por él y ahora, varias temporadas después, está comenzando a ver que Pablo Torre no está hecho para jugar al máximo nivel.
Desde su primer día en el Barcelona, Pablo ha sentido que todo iba en su contra. Primero por la decisión del club de hacerlo jugar en el filial para facilitar su adaptación, después por su cesión fallida al Girona y finalmente por un año casi en blanco a las órdenes de un Hansi Flick, que tiene muy claro que Pablo Torre no puede seguir siendo jugador del Barça. El alemán lo tiene más que claro y no quiere volver a hablar con el joven centrocampista.
Las indisciplinas han acabado con Pablo Torre
La realidad es que ha sido el propio Pablo Torre el que se ha cavado su propia tumba. El cántabro nunca ha sido capaz de tener una actitud mínimamente profesional y adecuada a lo que pide el Barça. Sin embargo, para lo que siempre ha sido capaz de rendir, ha sido para salir de fiesta cada fin de semana. Lo que acabó haciendo que fuera el rey de la noche, pero nada de nada sobre el césped.
Todo esto, sumado a las palabras que soltó a final de temporada, atacando y cargando contra la falta de oportunidades por parte de Flick, han acabado haciendo que el técnico germano haya dejado muy claro que no quiere volver a verle la cara.