¡Cerrado! ¡Al eterno rival! La afición jamás le perdonará la traición

¡Cerrado! ¡Al eterno rival! La afición jamás le perdonará la traición

Puede ser uno de los fichajes del año. Ya ha sido presentado por su nuevo club

Cambiar un equipo por el eterno rival es siempre una de las peores cosas que se pueden hacer en el mundo del fútbol. Una de las traiciones que más cuesta perdonar. Podemos hablar de muchos casos, como Luis Figo, que dejó el Barcelona por el Real Madrid. Ahora podemos tener un caso parecido, aunque con un club de paso intermedio, con Adama Traoré. El extremo sueña con la llamada del Real Madrid, ¿cómo sentaría esto a la afición culé? ¿Le perdonarían la traición?

El jugador dejó claro ayer en una entrevista que su salida del Barcelona no fue buena, aunque aclaró que no tenía rencor al club. Si pareció que cuando dejó la puerta abierta a su regreso lo decía más de cara a la galería. El nombre del Real Madrid parecía hacerle más gracia al jugador.

Ayer vivimos un caso de “traición” si cabe más duro que este. Pues el enfrentamiento que hay entre Celta de Vigo y Deportivo de la Coruña es casi mayor que el que tienen culés y merengues. Los derbis gallegos son de los más calientes de España y pocos jugadores se recuerdan que hayan militado en los dos equipos. Este año tendremos uno al que Iago Aspas, en modo broma en modo enserio, “te vas al rival, no te lo vamos a perdonar”.

Se trata del delantero francés Claudio Beauvue. El jugador no contaba para el Celta, no había debutado este año y rescindió el contrato el pasado lunes para acabar firmando por el Deportivo. El equipo coruñés quiere sacar lo mejor de un jugador por el que el Celta pagó 5 millones hace 4 años pero que no ha acabado de rendir en España.

Estuvo cedido en el Leganés y el año pasado volvió a Francia para jugar en el Caen. Tan solo marcó dos goles. El jugador quiere ahora ayudar al Deportivo a salir del pozo de la Segunda División y sueña con conseguir el ascenso la temporada que viene.

En Vigo no pueden creer que se vaya al eterno rival. Pero en el fútbol moderno los sentimientos hace tiempo dejaron de estar presentes.