El entrenador lo tiene claro: Si hace falta juego con los del filial

El entrenador lo tiene claro: Si hace falta juego con los del filial

Acaba de llegar y da un mensaje a la plantilla del primer equipo: "Sin intensidad no somos nadie"

Cuando eres entrenador y llegas a un equipo nuevo tienes que ponerte las pilas. Sobre todo si llegas a mitad de temporada y necesitas dar un cambio de rumbo en tu equipo. Cambiar una dinámica cuesta, pero si encima lo tienes que hacer llegando en mitad de una temporada mala el tema se complica aún más. Y hay quién llega y directamente carga contra los jugadores de la primera plantilla y amenaza con jugar con los chicos del filial. Los cambios siempre cuestan en el fútbol.

En el Barcelona pasará ahora con la llegada de Quique Setién. Con la única diferencia de que la dinámica del equipo no es mala. Tan solo el injusto traspiés contra el Atlético de Madrid en la Supercopa. Es líder de LaLiga y pasó primero en la fase de grupos de la Champions. Aún así a Ernesto Valverde le enseñaron ayer la puerta de salida y anunciaron la llegada de Quique Setién. Estilos completamente diferentes que ahora el vestuario debe asimilar.

En Segunda División, donde la competencia es feroz y el abismo y el cielo se tocan de la mano, el baile de entrenadores es continuo. Demasiados clásicos como el Deportivo de La Coruña, que es colista, en apuros. El equipo gallego ha tenido hasta 3 entrenadores esta temporada. La cosa en la división de plata está complicada.

En el Sporting de Gijón, otrora clásico de la Primera División, con jugadores como Quini o David Villa saliendo de Mareo para triunfar en el Barcelona, deambula por la Segunda División con más pena que gloria. Coquetea con los puestos de descenso y hace dos semanas llegó el serbio Djukic a enderezar el barco.

El ex jugador, precisamente del Deportivo de La Coruña, tuvo un éxito rotundo con el Real Valladolid. Le consiguió ascender y luego lo mantuvo en la Primera División, pero decidió irse por la puerta de atrás al Valencia. Estaba demasiado verde para dar el salto y no llegó a diciembre.

Desde entonces muchos equipos, pero ningún éxito. Ahora ha vuelto para intentar enderezar este año al Sporting y conseguir el año que viene el ascenso. Pero lo que ha visto no le ha gustado nada. En la primera rueda de prensa ya cargó contra los jugadores y ayer fue más claro aún “No quiero amistosos. Nos ha ganado un Tercera y el filial. Si no ponemos actitud y ganas me subo a todos los chicos del B. Hay cosas que no se pueden consentir”.

Más claro imposible. La polémica está servida. ¿Reaccionará el equipo o pasarán de él? ¿Le harán la cama o correrán por la presión del Molinón? Miroslav Djukic es siempre muy claro. Quizás a veces demas