Ducati no se lo calla, el error de Marc Márquez que podría arruinar su temporada
Marc Márquez brilla en su regreso, pero desde Ducati lanzan una advertencia que enciende las alarmas

El Mundial de MotoGP ha dejado algo claro: Marc Márquez ha vuelto. Y lo ha hecho a lo grande. Después de años de lesiones y frustración con Honda, el campeón de seis títulos ha encontrado una nueva vida en Ducati. Su adaptación ha sido casi inmediata. Ya el año pasado, con una moto inferior, peleó de tú a tú contra los mejores. Y ahora, con una GP24 a su medida, está dominando. Aplastando.
Sin embargo, su camino no está siendo perfecto. A pesar de su rendimiento estelar, hay algo que le impide despegar aún más en la clasificación: los errores. Márquez ha cometido fallos en momentos clave. Caídas innecesarias cuando tenía todo a su favor. Puntos perdidos que pueden pesar más adelante. A eso se suma la inesperada amenaza de su propio hermano, Álex Márquez, que se ha convertido en su rival más constante. Quien lo diría hace apenas un año. Pero no todo son despistes o excesos de ambición. Desde dentro de Ducati han revelado un problema más serio. Uno físico. Uno que viene de lejos.
La herida que no se cierra
Marco Rigamonti, jefe de ingenieros de Gresini, lo ha dicho sin rodeos: el gran punto débil de Marc son los giros a la derecha. “Desde la lesión en el brazo, le cuestan más. Siempre ha sido un poco así, pero ahora lo es más todavía”, confesó. Una limitación que no se arregla con ajustes técnicos ni con experiencia. Es una cuestión física. De sensibilidad, de fuerza, de confianza.
Y aunque Márquez sigue siendo el más rápido, esta debilidad podría jugarle una mala pasada en algunos circuitos. Sobre todo en los que giran en el sentido de las agujas del reloj. Allí no se le ve tan cómodo. No tan imparable.
Aun así, el 93 va lanzado hacia su séptimo título. Es el más fuerte, el más listo y, pese a las caídas, el más regular. Pero Ducati lo sabe: si quiere asegurarse la corona, ese pequeño gran fallo no puede volver a aparecer en el momento decisivo. Porque en MotoGP, un solo error puede costarte un Mundial. Y Marc Márquez ya ha aprendido eso… por las malas.