Crece el número de futbolistas que recurre a ex soldados de élite
La obsesión por la protección de algunos jugadores y ex jugadores les lleva a confiar su seguridad en manos de antiguos miembros de las fuerzas especiales
Cuanto más conocido eres, más miedo tienes. Ésa parece ser una máxima que no dudan en aplicarse los famosos. La obsesión por la seguridad puede llegar a atenazarlos. Y, disponiendo de prácticamente todo el dinero del mundo para proporcionársela, no es extraño que busquen lo mejor de lo mejor. La última moda entre jugadores y ex jugadores son los soldados de élite.
Wayne Rooney ya hace algún tiempo que dejó su seguridad en manos de un antiguo ghurka, soldados nepalíes famosos por su ferocidad en el combate. En la Segunda Guerra Mundial, sirvieron bajo las órdenes del Imperio Británico y se convirtieron en la mayor pesadilla de los soldados japoneses. Su valor y arrojo también son legendarios. En 2011, un ghurka se enfrentó a 40 asaltantes en un tren porque se disponían a violar a una chica. Iban armados con cuchillos y pistolas. Él, sólo con el kukri, su arma tradicional: un cuchillo curvo de unos 30 centímetros de largo. Mató a tres de ellos, hirió a ocho y provocó que el resto de los rufianes huyeran despavoridos. Con estos antecedentes, no es de extrañar que Rooney le haya recomendado a Di Maria que contrate también a uno de estos hombres.
No sólo los jugadores en activo recurren a soldados de élite para protegerse a sí mismos y a los suyos. También hay ex futbolistas que han tenido la misma idea. En diciembre del año pasado, se hizo público que David Beckham había contratado los servicios de un ex miembro del SAS (Special Air Service), las fuerzas especiales del ejército británico, para que estuviera pendiente de su hijo mayor, Brooklyn, quien juega en las categorías inferiores del Arsenal.