Cinco detalles para el recuerdo (del Sevilla) que volvió a jugar con el Betis
Exhibición algo descafeinada de los de Unai Emery ante un equipo bético que se mostró derrotado y a la deriva desde el primer minuto.
El Sevilla ya había sentenciado la eliminatoria prácticamente en la ida disputada en el Villamarín, y este martes volvió a divertirse a costa de un Betis que mostró una imagen de equipo en descomposición sólo dos días después del despido de Pepe Mel. Los locales estarán en la ronda de cuartos de final de la Copa del Rey y entran por la puerta grande, mostrando un dominio global en una eliminatoria que reflejó un 6-0 definitivo que quedará para la historia de los derbis sevillanos. Así se desarrolló el encuentro en el Sánchez Pizjuán:
Cambios por parte de Emery y un Betis mucho más "lógico". Merino tiró de la calidad disponible y la veteranía para hacer frente al Sevilla en un partido que era un 'marrón' antes de que el balón echase a rodar: Un doble pivote de trabajo (Petros, Digard) y una línea de arquitectos, Joaquín, Ceballos y Portillo por detrás de Rubén Castro. Sin embargo, el Sevilla se impuso con sencillez a través de su trivote en el medio campo, en el que faltó Krychowiak. Hubo minutos para hombres como Reyes, Llorente o N'Zonzi.
Cuestión de actitud y confianza. No obstante, la diferencia entre ambos conjuntos a día de hoy radica más en la situación psicológica. El Betis dio síntomas de estar muy afectado por la marcha de Pepe Mel pero también por el cierto desgobierno existente dentro de la entidad, con los problemas deportivos e institucionales que están salpicando la temporada. Por contra, el Sevilla sigue siendo un conjunto tremendamente sólido cuando juega en su estadio. Muy poco tardó el conjunto local en adelantarse en el marcador por mediación de Reyes, que se adelantó a la defensa bética tras un rechace a centro de Mariano. El tanto fue la imagen de dos momentos muy diferentes por los que atraviesa cada equipo. El Betis, que ya salió casi derrotado, se derrumbó a partir de ese instante.
Patadas... y Joaquín. El Betis no tardó en comprender que debía trabar el partido y hacer tiempo para provocar que se terminase cuanto antes. En muchos momentos lo hizo a través de constantes faltas que pararon el juego. Eso no cargó, no obstante, a los verdiblancos de tarjetas amarillas. Sólo Rubén Castro la vio en el primer tiempo y Joaquín hizo el poco peligro de su equipo en los primeros 45 minutos.
Errores en defensa. Sin duda, el mejor ejemplo de la pérdida de confianza y de seguridad del Betis fueron sus errores defensivos, que costaron goles. El 2-0 mató a los de Merinon antes del descanso, obra de Rami tras otro mal despeje en un saque de esquina. Intentaron los visitantes reaccionar en la segunda mitad, pero Emery estuvo listo reactivando a los suyos con los cambios y Kevin Gameiro aprovechó un balón largo para marcar el tercero en el 72', segundos después de haber salido al terreno de juego por Llorente. Ya cerca del final y con un Betis rendido, Kakuta marcó el cuarto en un mano a mano con Adán.
Y ahora... ¿qué? Ambos conjuntos deben pensar ya en sus asignaturas pendientes. Para el Betis, todas, ya que tiene pinta de que Juan Merino estará más de una jornada dirigiendo al primer equipo. Su misión será infundar alegría y ánimos en una plantilla tremendamente castigada por las críticas pese a estar por encima del descenso en la Liga. En cuanto al Sevilla, es inexplicable la diferencia de rendimiento de local a visitante, el auténtico reto de los nervionenses para alcanzar sus objetivos ligueros en esta segunda vuelta.