"Bienvenidos a Barcelona". Con esta pancarta empezó todo

Los aficionados del Espanyol dieron ayer cumplida respuesta a la pancarta educada y excluyente que pudo leerse en el Camp Nou la semana pasada.

Aunque es normal que los jugadores del FC Barcelona sean insultados cada vez que visitan el feudo del Espanyol, posiblemente el recinto más hostil del calendario, más incluso que el Bernabéu, llamó la atención el tema de las pancartas, algo que es novedoso y poco habitual en el derbi barcelonés.

 

Los autores de las mismas han confirmado el celo puesto en su redacción admitiendo que se asesoran legalmente para que sus ambiguos mensajes con doble sentido pudieran eludir el peso de la ley. Estaban también muy bien impresas y es evidente que no pudieron entrar en la grada de Cornellà sin la bendición de la directiva que presidente Joan Collet. Menosprecios a Piqué, a Shakira, a Luis Suárez, al origen del FC Barcelona... Tanto interés en plasmar frases ofensivas contra el Barcelona tiene una explicación y hay que encontrarla en el partido de ida de la eliminatoria de Copa de cuartos de final que enfrentó la pasada semana en el Camp Nou a los dos equipos barceloneses.

 

Ese día, en el Camp Nou, se desplegó en el Gol Sur durante unos minutos una pancarta en la que se podía leer: "Bienvenidos a Barcelona". Un texto que puede hablar de hospitalidad y buena educación y que, sin embargo, también puede ser entendido como excluyente aprovechando que el Espanyol se ha mudado a la población vecina de Cornellà-El Prat, lo que habría sido aprovechado por ese sector de aficionados del Barça para echarlo de la ciudad condal en un intento por monopolizar la exclusividad de la representación de Barcelona en el fútbol.

 

Lo cierto es que esa pancarta es el origen de todo. Los seguidores españolistas se picaron y decidieron responder con la misma moneda y con textos que pudieran admitir varias interpretaciones. Como el de "Shakira es todos", cuyo significado para sus autores puede ser que la popular artista es patrimonio de la Humanidad por los méritos contraídos a lo largo de su carrera profesional. Aunque los tiros no fueran por ahí y la intención diametralmente opuesta.