Reportaje DB: Fútbol a secas

Reportaje DB: Fútbol a secas

Una particular visión sobre lo acontecido hace unos días en el derbi madrileño entre Real y Atlético de Madrid.

Temporal sobre el Bernabéu. Así podríamos definir el clima en el coliseo blanco esta temporada. Ha llovido tanto ya que el agua ahogó a Benítez en las profundidades, el césped ni se ve y ahora le empieza a llegar al cuello a Florentino, mientras la afición pide su cabeza como salvavidas al que aferrarse. La gestión del empresario lleva siendo catastrófica desde hace años y el escudo de Zidane parece menos resistente de lo que él creía. Sólo le quedan dos balas: la Champions, que viendo el nivel del equipo podría encasquillarse muy pronto, y la no aprobación de la sanción FIFA. Sin fichajes Florentino perderá su mejor cualidad, la de ilusionista, y no podrá tocar su particular flauta de Hamelín para hipnotizar a la afición un verano más.

 

Que gran parte de la culpa es del presidente es obvio. No sólo por su gestión ‘marketiniana’ del club sino por repetir la caída en el mismo sitio una y otra vez. Compro luego existo, se podría decir. La culpa también está en el banquillo y en una mala planificación deportiva, con o sin mano del presidente de por medio. El gol en Málaga y el del derbi tienen similitudes entre sí y con muchos otros goles durante el año.

 

Más allá de que Ramos no sea ni de lejos el central que es, que Pepe y Marcelo caigan una y otra vez lesionados, que Varane no acabe de rendir como tendría… el problema aparece en el medio del campo. Hoy en día el Madrid es Modric en ataque y en defensa. Isco, cual cocinero minimalista, ofrece delicias que simplemente sirven para probar que es un artista pero como jugador no alimenta al equipo en nada y James lleva sin estar desde verano y lo que no sabemos es, si a este paso, estará en Madrid el año que viene. No obstante creo que la figura de Kroos es fundamental en los problemas del Madrid.

 

El alemán llegó con Ancelotti en una maniobra estupenda del Madrid para hacerse con un jugador fino, llegador y con recorrido. Lo hizo para completar un mediocampo con Modric y Xabi Alonso, pero el tolosarra se marchó al final del mercado y nadie reaccionó. Ancelotti, con el equilibrio por bandera, intentó adaptar al germano a la posición de Xabi Alonso pero a la larga se está viendo que es pedirle peras al olmo. Kroos no puede ni debe hacer ese trabajo. En el Bayern, Schweinsteiger, sin ser un perro de presa, era el poli malo y agresivo en el que pretenden convertir a Toni. Las coberturas no llegan, no hay un jugador que sepa frenar contragolpes ni oleadas verticales del contrario y Kroos se ve desbordado en esa situación, se ahoga en un equipo muy partido.

 

En el fútbol actual, cada día es más obvio que en el mediocampo se gana el 75 % de un partido; así lo ha enseñado el Barcelona estos años y, casualidad, tienen al mejor mediocentro defensivo del mundo. La Décima los blancos la ganaron con Xabi Alonso en ese sitio (excepto en la final) y si tiramos de memoria, “Los Galácticos”, el proyecto cumbre de Florentino, fracasó cuando el Madrid compró todos los trajes caros y bonitos del mercado pero vendió el mono de obrero. La sombra de Makelele fue demasiado larga en ese vestuario.

 

Quizás Casemiro es el perfil que necesita en muchas ocasiones el Madrid, siempre y cuando Zidane lo rescate del ostracismo al que también lo mandó su maestro Ancelotti. Con Benítez jugó y no lo hizo nada mal. En Dortmund hace dos años, hizo de pegamento y saco mil extremidades para tapar los agujeros de un equipo que se vio casi fuera de la Champions aquella noche. Nunca se sabe, pero por lo menos, aprovechar la Liga de cara a Europa para probar cosas nuevas no le vendría nada mal a Zidane. En el banquillo puede haber soluciones (aunque al decayente Cristiano no le guste) o por lo menos un pequeño extintor para apagar alguno de los muchos fuegos que tiene la Casa Blanca. A lo mejor Florentino encuentra sin querer un as en su manga para hipnotizar una vez más al Bernabéu, pero para eso tendrá que dejar de meter la mano en la pizarra y confiar en su escudo, el cual poco a poco se derrite conforme se acerca el sol del verano.  Los males en el Madrid son demasiados ahora mismo pero habrá que tocar cosas nuevas y no solo en el próximo mercado. Eso sería volver a tropezar una vez más con la inmensa piedra que atormenta a Florentino y que responde al nombre de Fútbol, sin empresas, marketing, ni negocios; Fútbol a secas.

 

 Iñigo Esteban