La Juve, último escollo para el Madrid antes de Berlín
Más suerte para los blancos que para el Barcelona en el sorteo
El sorteo de las semifinales ha deparado el cruce preferido por prácticamente todo el madridismo: Juventus - Real Madrid. La ida se disputará el día cinco de mayo, martes, en Turín y la vuelta una semana después, el miércoles 13 del mismo mes en el Santiago Bernabéu. El enfrentamiento supondrá el regreso de Álvaro Morata al Bernabéu después de salir del Madrid el pasado verano. También el de Carlo Ancelotti a la que fue su casa.
Comprobar si se producía un clásico entre Barça y Real Madrid antes de la gran final de Berlín era el gran morbo del sorteo. Incluso muchos lo daban por hecho para que se evitara una segunda final española consecutiva, cosa que podría producirse si finalmente los blancos eliminan al campeón de Italia y el Barcelona hace lo propio con el campeón alemán, el Bayern de Múnich. Aunque una mayoría de la afición del Madrid prefería evitar a los culés antes de la final, existían distintas corrientes de opinión al respecto pero todas ellas coincidían en señalar a la Juventus como el rival más asequible sobre el papel de los tres que quedaban en la competición.
La Juventus llega a las semifinales después de 12 años sin pisar esta ronda. Y para conseguirlo ha batido por el camino al Borussia Dortmund en octavos y al Mónaco en cuartos de final, aunque sin desplegar un juego demasiado vistoso, especialmente en este último cruce con los monegascos. El plantel dirigido por Allegri cuenta con buenos futbolistas, como son Pogba (ahora mismo lesionado), Arturo Vidal, Tévez o Morata, y también con veteranos de dilatada experiencia como Buffon, Chiellini o Pirlo.
El Madrid espera poder contar con Bale seguro para la eliminatoria y tratará de recuperar a Karim Benzema. También volverá Marcelo. Con Modric, los plazos son algo más justos y se trabajaría en una hipotética final. Después del susto enorme contra el Schalke 04 y la tremenda exigencia que ofreció el cruce con el Atlético de Madrid, los blancos miran con más optimismo su camino hacia la ansiada final de Berlín y, a la postre, el sueño de la undécima sólo un año después del éxito histórico en Lisboa.