El golpe sobre la mesa que Neymar llevaba tiempo esperando dar ante Messi
Su partido y su gol 50 ante Argentina le sirven para reivindicarse ante el mundo como un número uno de verdad.

Neymar ya puede descansar tranquilo. Ha quemado una etapa más, una etapa importante, en su progresión como futbolista. Ante Argentina marcó su gol número 50 con la selección brasileña, lo que a los 24 años le sitúa como el cuarto máximo goleador histórico de la selección brasileña, con muchos mitos superados y sólo tres por delante: Romario, con 55 goles; Ronaldo Nazario, con 62 goles; y Pelé, con 77 goles. A su edad, no parece una misión imposible que dé alcance a Pelé y se convierta en el máximo goleador histórico de Brasil.
Pero no fue el gol lo que llenó anoche de satisfacción a Neymar. Ayer superó una asignatura que tenía pendiente desde que fichó por el FC Barcelona asumiendo su condición de "escudero" de Leo Messi "por imperativo legal". Neymar sabe que en el orden jerárquico del Barcelona a él le corresponde el número dos, lo asume y lo sufre a la espera de tiempos mejores. Pero Neymar necesitaba demostrar al mundo que no sólo no es un simple ayudante de Messi, sino que sintoniza con su misma onda, está a su nivel e incluso lo puede superar. Ayer sucedió. Y Neymar ya puede descansar tranquilo. El mundo ha comprobado que, liberado del yugo de tener que buscar a Messi en todas sus acciones, está capacitado para ser un líder de verdad capaz de ganar el Balón de Oro en el futuro. Neymar dio ayer un golpe sobre reclamando atención para él. Y lo hizo delante de Leo Messi, de la versión perdedora de Leo Messi.