El asunto que hace echar humo al vestuario del Madrid en Japón

El asunto que hace echar humo al vestuario del Madrid en Japón

A dos días de la final, no se habla de otra cosa en el entorno del equipo madridista.

Todo apunta a que el Real Madrid volverá de tierras niponas con el título de campeón del mundo bajo el brazo y el parche bien cosido en la camiseta. Algo que estaba en la agenda de todos dentro del club, ya que para la entidad no vencer en el Mundial de Clubes no sería una tragedia, pero sí un consumado fracaso deportivo y una evidente mancha en el devenir de la temporada. Por nivel, el campeón de Europa está obligado a ganar el torneo y eso en la plantilla se lo toman con mucha seriedad, aunque también con la tranquilidad necesaria.

 

Tranquilidad, no obstante, que ha tornado en cierta polémica en las últimas horas, las previas a la final del domingo frente al equipo local del Kashima Antlers. Y es que el asunto del VAR (Vídeo Assistant Referee), es decir, la implantación de la tecnología de vídeo para revisualizar determinadas jugadas de los partidos en el momento y rectificar si es necesario las decisiones de los colegiados, trae de cabeza a gran parte del vestuario blanco.

 

Hasta ahora, este experimento que está teniendo lugar en el Mundial de Clubes ha evidenciado fallos enormes, sobre todo en cuanto a su practicidad y rapidez. También fallos, aunque parezca mentira. En la semifinal entre el Kashima y el Atlético Nacional, el árbitro concedió un penalti a favor de los japoneses muchos segundos después de que la jugada en cuestión hubiese sucedido y el juego la hubiese hecho prácticamente irrelevante. Por si fuera poco, después se demostró que la pena máxima no debía haberse concedido al existir fuera de juego previo.

 

 

Y en la semifinal entre el América y el Real Madrid (la que nos atañe) el espectáculo fue peor: un caos absoluto en la última jugada del encuentro, en la que el árbitro concedió, anuló y volvió a conceder, por este orden, el segundo y definitivo gol, marcado por Cristiano Ronaldo, por dudas en cuanto a si estaba en posición antirreglamentaria (horas antes, la FIFA había aclarado que en esta segunda semifinal sí se acudiría a la revisión de vídeo para los fueras de juego, cosa que no se había hecho en la primera). Unas escenas que ponen de manifiesto, en definitiva, que la tecnología no es la solución a todas las polémicas en el fútbol.

 

Y de esto, precisamente, se quejaron amargamente los jugadores del Real Madrid nada más terminar su primer encuentro en esta competición. "No sé qué decir, no me gusta, no es fútbol. Tuvimos una reunión donde nos explicaron el sistema pero sinceramente no escuché demasiado, porque espero que esta norma no continúe)". Tan sincero como devastador en sus declaraciones, Luka Modric ilustra lo que piensa casi todo el vestuario. Otros jugadores, como Benzema, también mostraron su descontento con la incorporación de la tecnología al juego en público. En privado, lo hacen todos.

 

Es más: desde el plantel se espera que este sistema no tenga que intervenir en la final frente a los anfitriones, sobre todo porque no quieren verse implicados en otro bochorno organizativo o de funcionamiento que pueda contribuir a generar una corriente de desconfianza hacia la competición en sí. Kashima Antlers es el único equipo de todos los participantes que juega por invitación al ser el conjunto local, sin haber sido campeón Continental. Por eso, si el sistema VAR vuelve a fallar en la final y lo hace a su favor, siempre habrá alguien que diga que hubo 'tongo', algo en lo que por supuesto no piensan pero en lo que tampoco quieren verse siquiera relacionados. En definitiva, hay ganas de ganar el Mundial e irse a casa.