Los goles de Leo Messi ante el Bayern de Múnich dispararon los sismógrafos

La celebración multitudinaria de la grada del Camp Nou hizo temblar literalmente la tierra en las dos ocasiones en las que el argentino batió la meta de Manuel Neuer el pasado miércoles

Los goles de Leo Messi ante el Bayern de Múnich dispararon los sismógrafos

Los goles de Leo Messi ante el Bayern de Múnich fueron todo un estallido de alegría en la grada del Camp Nou. De tanta magnitud que, incluso, quedaron plasmados en los sismógrafos. El primer tanto, el que abría el marcador, desató el júbilo de una grada cuya reacción quedó plasmada en un aparato tan sensible a las vibraciones como el que se usa para medir la intensidad de los movimientos de tierras. Pero mucho más exagerada fue la sacudida que provocó el segundo. 

 

La jugada no merecía menos. Con un recorte del todo endiablado, Boateng cayó al suelo casi desplomado y le dejó vía libre al argentino para que superara a Manuel Neuer, considerado por los expertos como el mejor portero del mundo en la actualidad, con un toque sutílismo y a la vez inalcanzable. Tras esa acción, las marcas que se registraron en los sismógrafos fueron mucho más fuertes que las anotadas en el primer tanto del argentino, fruto de un colocado disparo desde el límite del área. El tercer tanto, obra de Neymar, también quedó plasmado claramente en la máquina por la reacción del público.

 

No es la primera vez que un gol trascendental provoca todo un temblor de tierra en los aledaños del Camp Nou. Hace casi 12 años, ya se vivió una situación parecida. Fue en el que se conocería como "el partido del gazpacho". El Barcelona se enfrentaba al Sevilla a las doce de la noche, en una decisión destinada a poder disponer de la mayor parte de sus internacionales. Los visitantes se adelantaron en el marcador y mantuvieron su ventaja durante un buen rato. Hasta que se alzó la figura de Ronaldinho. El crack brasileño, tras una acción en solitario, lanzó un tremendo zapatazo desde fuera del área que, tras tocar en el travesaño, acabó atravesando la línea de gol para convertirse en el gol del empate. La reacción de la grada también fue casi como un terremoto. Algo más exagerado, en ese caso, por la quietud del ambiente, dadas las intempestivas horas en las que se disputó el encuentro.

 

Messi, como su amigo Ronaldinho, también provocó un terremoto. Aunque, en su caso, no necesitó que el duelo se disputara casi de madrugada.