La delgada línea entre Berlín o el horror pasa por el Bernabéu y la Juve
Ancelotti recupera a Benzema. El Madrid, a un paso de la final de Berlín y del Barça
Hablar de la previa del partido de esta noche en el Bernabéu es debatirse entre charlar sobre nombres propios o todo un equipo, y no es ni la primera vez que pasa esta temporada ni puede que sea la última. Arropado por su público, el Real Madrid espera repetir otra noche de pasión europea ante la Juventus para alcanzar la final de Berlín. De nuevo la Copa de Europa como vía de salvación de un club que se mueve como pez en el agua en su propia angustia por cruzar siempre la delgada línea existente entre la gloria o el fracaso estrepitoso.
Porque, pasados los 90 o los 120 minutos de fútbol de esta noche, sabremos si hay vida para la plantilla y el entrenador actual, al menos ambiental. Incluso para algún miembro más del club. De esta forma se mueve casi siempre la entidad, así vive más días que nunca un aficionado madridista, sorprendido y casi extrañado en los pocos y cortos momentos de zozobra, vino y rosas. Los hubo entre octubre y diciembre. A partir de enero volvieron las marejadas.
Sin embargo, ha sido la tempestad la que ha traído a los de Ancelotti hasta aquí, y con esto reiteramos la virtud blanca para salir reforzado de entre las arenas movedizas. Con los miedos superados ante el Atlético, las críticas a Ancelotti, las múltiples lesiones y los vaivenes de Cristiano, los pitos justos o injustos a Casillas y el empanamiento de Bale, ni todos estos torpedos juntos han impedido que el equipo esté a flote y a noventa minutos de hacer historia. Su entrenador tenía razón.
Así que, llegados a este punto, de poco valen ya los debates. Las pancartas serán sólo un residuo cuando el esférico eche a rodar, y entonces serán los 22 protagonistas los que harán que el futuro pinte de un color u otro. También Casillas, discutido pero indiscutible bajo palos, junto a Bale y probablemente Benzema, los otros dos nombres propios de este partido de vuelta. Muchos esperan la magia del galés en otro partido clave, quién sabe si en la final contra el Barça. La ilusión nunca se pierde. Al francés también se le espera, aunque aún no sabemos si de inicio o con el choque empezado.
Por lo demás, las armas serán las esperadas: Aprovechar el momento de James y los goles de Cristiano. Sergio Ramos no está descartado como centrocampista pero previsiblemente volverá a la zaga y los laterales serán los mismos que en Turín. No estaría de más que Kroos no se resintiera de sus molestias físicas ante el Valencia y que Isco saque a relucir ese talento que sólo ha aparecido a fogonazos en los últimos dos meses, durante un segundo en forma de obús contra el Valencia. Como munición no olvidemos al Bernabéu y a su gente, que volverá a quedar en los aledaños para montar un ambiente digno de Braveheart antes del encuentro.
De la Juventus, todo lo que digamos que no termine con la coletilla "cuidado" será poco. No por ser pesados o tópicos, sino porque existe el ejemplo de la ida. El Madrid es mejor, fue mejor durante muchos minutos y se relajó después de marcar en Italia. Tévez y Pogba serán las mayores amenazas y Morata esperará de nuevo su ocasión de reivindicarse. No debería hacer falta poner más énfasis en este punto, ya que películas de terror ante rivales supuestamente menores hemos visto muchas veces en Chamartín. Pero también largometrajes con final homérico. Berlín espera.