Un grupo de socios del FC Barcelona que atiende al nombre de "Demanda Colectiva al FCB" ha observado en el reparto de las entradas entre los socios del FC Barcelona para las finales de Copa y de Champions ciertas irregularidades que podrían acabar con Bartomeu de nuevo en el banquillo de los acusados ante el juez.
Agarrándose a lo escrito en los estatutos del club, este grupo de socios entiende que la directiva de Bartomeu no se ajusta a la ley al poner a disposición de los socios menos entradas de las que les corresponden. El diario Gol informa hoy que este grupo de socios está dispuesto a demandar al club si se confirma que se incumple de forma flagrante el redactado de los estatutos.
El origen del problema está en que el Olympiastadion que acoge la final el próximo día 6 de junio tiene un aforo de 77.166 plazas, de las que sólo 19.950 serán entragadas por la UEFA al FC Barcelona, la misma cantidad que recibirá la Juventus. Las 37.000 restantes se las queda la UEFA para sus compromisos. De esas 19.950 localidades que obran en poder del FC Barcelona, la directiva reserva 3.323 entradas para las peñas, que jugaron un papel vital en el triunfo electoral de Sandro Rosell y la actual junta en 2010. Lo que indigna a los socios es que muchos beneficiarios de este cupo de entradas no serán socios, pues no es necesario ser socio para pertenecer a una peña. Y luego vienen las 3.033 entradas que el club reserva para sus compromisos particulares.
Se supone que los compromisos institucionales, autoridades y demás, ya están cubiertos con el generoso cupo que se reserva la UEFA. Se entiende que los familiares de los jugadores y el cuerpo técnico puedan tener acceso a esas entradas y también la familia directa de los directivos. Y hasta llegar a 3.033, los beneficiarios son los compromisos comerciales del club, sponsors y patrocinadores. Los socios molestos con este reparto entienden que el club no se atiene a los estatutos reservándose el 15% de las entradas para sus compromisos y que deja para los socios sólo un 68 % de las localidades que ha entregado la UEFA, por lo que se entiende que, una vez más, el Barça estará en minoría en la grada de Berlín al haberse repartido muchas entradas entre personal que no tiene la más mínima intención de animar al equipo en el Olympiastadion y que de alguna manera esas entradas sirven para pagar antiguos favores olvidando que los dueños soberanos del club son los socios y que la directiva está obligada a respetar sus derechos de manera prioritaria.
Si el asunto prospera, los iniciadores de la protesta logran encontrar el eco que buscan en las redes sociales y el tema acaba en los tribunales, será la sexta causa judicial en la que se ve encuelta esta directiva después de la sanción de la FIFA, el tema de Hacienda y el fichaje de Neymar, la acción de responsabilidad civil contra la junta de Joan Laporta, el caso de Método 3 y los espionajes y el asunto de MCM por la publicidad en la fachada de La Masía. Demasiado jaleo en torno a un club de fútbol, que es más que un club, pero un club a fin de cuentas.