La ironía del Oporto: golear para convertirse en el rival preferido

Los portugueses se imponen con contundencia al Basilea (4-0) en la vuelta de los octavos de final de la Champions, pero serán sin duda el contrario más deseado por los grandes en los cuartos de final

La ironía del Oporto: golear para convertirse en el rival preferido

El Oporto no tuvo al final excesivos problemas para meterse en los cuartos de final de la Liga de Campeones. El conjunto portugués, que sufrió de lo lindo para llevarse un empate en Basilea (1-1) gracias a un penalti transformado por Danilo, se ha impuesto con contundencia al conjunto suizo en Do Dragao (3-0). No obstante, el equipo que entrena Julen Lopetegui, estará sin duda entre los preferidos por la mayoría de clasficados para jugarse el pase a las semifinales. Muy especialmente, por las dificultades que le dio en la ida la que parecía a todas luces la gran cenicienta de la competición.

 

Lo peor: la lesión de Danilo

 

El duelo de vuelta entre lusos y suizos estuvo marcado por la tensión durante gran parte del primer tiempo, a pesar de que Brahimi marcó relativamente pronto para el Oporto. En menos de un cuarto de hora, los portugueses mandaban por 1-0 en el luminoso. No parecía que el Basilea pudiera hacer mucho para inquietarlos, pero la exigua diferencia no dejaba a nadie tranquilo en Do Dragao. Y para aumentar la tensión, Danilo tenía que dejar el campo en ambulancia tras un choque fortuito con su propio portero.

 

Las cosas, por fortuna para los locales, cambiaron mucho tras el descanso. Un gol de Herrera, cuando quizás muchos espectadores todavía no estaban de regreso en sus localidades, seguido poco después por otro tanto, obra de Casemiro, con un potentísimo disparo de falta que se coló casi por la cruceta, dejaron a los suizos definitivamente contra las cuerdas y sin posibilidad alguna de reacción. Su impotencia se reflejó en la expulsión con el tiempo casi ya cumplido de Walter Samuel. Y eso que Aboubakar, a menos de 15 minutos para el final, había echado más sal a la herida con el 4-0. Una forma de que los locales aumentaran su autoestima para enfrentarse a cualquier rival en cuartos, por mucho que la mayoría de clasificados para los cuartos vaya a suspirar por tenerlos como rival. En esta ronda ya no vale despiste alguno. Y de eso deberían tomar todos buena nota.