El Barça tiene cinco nombres en su agenda para sustituir a Iniesta
Los finalistas del casting azulgrana
Años. La edad pasa factura a todos, también a los mejores. Andrés Iniesta ha sido todo en el Barcelona, pero el Barcelona debe empezar a pensar en vivir sin el mejor Andrés.
El de Albacete alterna partidos de lujo con encuentros discretos, incluso justos para todo un Barça, y lesiones que están lastrando su continuidad en el equipo.
Una realidad que no pasa por alto al club azulgrana obligado a mirar al mercado para traer savia nueva que termine por jubilar al ‘8’ en el Barça.
Sobre la mesa, cinco nombres: Marco Verrattti (PSG), al que el propio Andrés bautizó como su sucesor. Thiago Alcántara (Bayern Múnich), que salió por la puerta de atrás del Camp Nou con Pep Guardiola. Draxler (PSG), fichaje estrella de los parisinos en el mercado de invierno. Coutinho (Liverpool), la nueva sensación de la Premier e Isco (Real Madrid), que termina contrato con los blancos en 2018 y ha decidido no seguir. Uno de los cinco vestirá de azulgrana para terminar ocupando el puesto de un Iniesta que sigue con su renovación por el Barcelona en el aire.
El sueldo de Andrés se ha convertido en un problema en Can Barça. Superada la treintena, el de Fuentealbilla era hasta hace nada segundo futbolista mejor pagado de la plantilla, sólo por detrás de Leo Messi -42 millones de euros anuales, 21 ‘kilos’ limpios para la nueva temporada- con un fijo descomunal de 15 millones de euros y unos variables de tres que, por las condiciones pactadas, se convierten en un ‘fijo aplazado’ empujando el sueldo anual hasta los 18 millones. Cifras que llegaron hasta los 20 millones por los premios ‘extra’ en el año del triplete.
Cifras desorbitadas para un rendimiento escaso que no pasan por alto a un Barcelona que no sabe cómo encarar la continuidad del símbolo. Habrá oferta, pero las cifras pueden decepcionar profundamente a un Andrés con la mosca detrás de la oreja.
La continuidad de Andrés es deseada por todas la partes. El problema son los términos. Mientras el de Albacete aspira a seguir en el segundo escalafón salarial del vestuario, la tesorería niega la mayor. Una oferta por debajo dispararía un rebote con la directiva del Barça sin precedentes.