¡Vuelve la polémica! Harden quiere hacer las paces con los Rockets
El jugador se sincera sobre su accidentada salida de Houston
La salida de James Harden ha sido el movimiento más importante de esta campaña, tanto por el nivel del jugador como por la polémica extradeportiva que circulaba en torno a él. En una entrevista para ESPN, ha hablado de sus circunstancias, de las fiestas y los problemas con la NBA, y ha reconocido que: “no me gusta cómo sucedieron las cosas”. Ha asegurado que su marcha se podría haber producido de una manera “más fácil, mucho mejor”, pero no se arrepiente de los sucedido.
Lo que motivó su salida fueron motivos puramente deportivos. El escolta, que lo había ganado casi todo a nivel individual en Houston, quería un proyecto que le permitiera conquistar el anillo. Ya que presentía que esto no sería posible con su actual equipo, quiso marcharse y, ante la negativa de la franquicia, comenta que se vio obligado a hacer todo lo posible por conseguir salir.

La Barba ganó la guerra, eso es algo obvio, pues finalmente ha aterrizado en un proyecto con grandes nombres como Irving y Durant y son candidatos a ganar la NBA. Sin embargo, y aunque él está conforme con cómo terminaron las cosas, es bien sabido que sus compañeros, como DeMarcus Cousins y John Wall, no opinan lo mismo. Tacharon su actitud de irrespetuosa y reprochable, pero Harden reconoce que él no lo vio así. Tenía un objetivo y sabía las cosas que tenía que hacer si quería lograrlo. Houston confiaba en retenerlo, por lo que tendría que llegar a ciertos extremos.
Por otro lado, sabedor de cómo se desarrollaron las cosas, también se disculpó y recalcó el hecho de que dio todo por su antigua camiseta, haciendo hincapié en que su marcha fue para "perseguir su sueño". Los Brooklyn Nets, a pesar de su reciente racha negativa –que cortaron con su victoria ante Indiana-, se encuentran en plena pelea por el liderazgo de la Conferencia Este, mientras los Rockets se hunden en la tabla del Oeste. Los de Steve Nash esperan tumbar en su siguiente partido a los Warriors de Curry, mientras LeBron James mira de reojo a un equipo que está demostrando que puede quietarle el anillo.
