LeBron dice basta e incendia la NBA con una actuación que congela a Curry: fin de una leyenda

Se acabó. LeBron James ha dicho basta y ha cerrado definitivamente la serie de playoffs más esperada de los últimos tiempos. La estrella de los Lakers sabía que el partido de esta noche era prácticamente un todo o nada y se lo llevó mediante una gran actuación individual tanto suya como de Anthony Davis, que amargaron la noche de un Steph Curry que nada pudo hacer para salvar a los suyos de la eliminación.

El conjunto angelino no dio ninguna opción a los Warriors y desde el primer cuarto marcaron el tono de un partido que difícilmente podían alcanzar los de la bahía. Y es que ni Curry era capaz de seguir el duro ritmo impuesto por los de oro y púrpura que mediante un juego físico y efectivo jamás dieron la sensación de perder el control.

LeBron acabó el partido con unos fantásticos 30 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias, nada nuevo para el rey, que cuando llegan los partidos importantes siempre aparece. Por su parte, Anthony Davis fue un auténtico dolor de cabeza en la pintura, el interior de los Lakers sumó un total de 17 puntos y 20 rebotes, un auténtico quebradero de cabeza para unos Warriors que nunca pudieron luchar por segundas oportunidades en el rebote ofensivo.

Por parte de los de San Francisco, nadie tuvo un partido aceptable, ni Curry, que acabó con 30 puntos, hizo un partido digno, el cual terminó con 4 de 14 en triples. Por otro lado, Green y Thompson anotaron 9 y 8 puntos respectivamente, dejando muy solo a su líder. De hecho, además de Steph, solamente Divincenzo fue capaz de sumar más de 10 puntos en los Warriors, y es que así es imposible ganar en la postemporada.

LeBron ha dado así el punto y final a una serie que pese a llegar a sexto partido, ha sido menos equilibrada de lo esperado, ya que los Lakers siempre se mostraron muy superiores a unos Warriors que parece un auténtico milagro que hayan llegado a la segunda ronda, ya que lejos de su pabellón son un equipo totalmente disfuncional que no es capaz de ganar dos partidos seguidos y ni siquiera se acerca a competirlos.