Guerra abierta e interna ¡Pese al empate, el Barça es un mar de dudas!

Guerra abierta e interna ¡Pese al empate, el Barça es un mar de dudas!

Carga contra la dirección técnica

Si alguien dudaba de la unidad del grupo en el FC Barcelona y contra los mandatarios, si no total sí parcial, ayer Sergio Busquets e Ivan Rakitic buscaron los micrófonos y se encargaron de plasmar esa disconformidad con absolutamente toda la planificación de la directiva. Ambos hicieron hincapié en una plantilla “corta” que les limita y les resta posibilidades, en el que es un claro dardo, uno más, hacia Eric Abidal.

Si al final de temporada sigue Leo Messi, que parece lo más racional, el encargado de la gestión deportiva tendrá que buscar equipo o destino: no puede estar en el mismo espacio que algunos de los que fueron sus ex compañeros. Ni Sergio Busquets ni Leo Messi le aceptan, tampoco el croata. En el caso del de Sabadell se trata de un capitán, el segundo de la plantilla; mientras que el de Rosario es santo, seña, capitán y guía del Barça. El de la selección arlequinada, por su parte, ha perdido protagonismo en el tapete, pero no en el vestuario.

Y el que señala a Eric Abidal señala directamente al presidente, un Josep Maria Bartomeu muy debilitado que tendrá que aguantar su puesto entre los buenos resultados y soportar las embestidas de los jugadores y de una afición a la que no convence, como demostró el graderío el pasado fin de semana ante el Eibar en el Camp Nou. Si fuera por los Leo, Sergio, Gerard o Ivan, Bartomeu estaría en la calle, aunque el mandatario no va a renunciar tan fácilmente.

La salida de tono de ayer tras el pitido final en San Paolo (1-1) no viene sino a confirmar que el ambiente que se respira entre bambalinas en el coliseo blaugrana no es el mejor. Por ahora y por el bien del Barça -que está haciendo bien yendo de víctima en la Champions y no tanto de favorito- es mejor que los pasillos del palco y los vestuarios no se crucen. Mientras los resultados acompañen, como anoche (previsiblemente el Barça sentenciará la eliminatoria en su casa), no habrá que apuntalar la moral del club. Eso sí, una caída puede precipitar que se desborden todos los puntos negros que encierran las paredes de la entidad blaugrana.

Sergio Busquets