Ronald Araújo ha realizado un viaje espiritual a Jerusalén
El central uruguayo busca paz para volver más fuerte
Ronald Araújo ha vivido uno de los momentos más delicados de su carrera deportiva en las últimas semanas. Todo se precipitó tras el fatídico partido frente al Chelsea en la Champions League, un encuentro marcado por su expulsión, una acción que cambió el rumbo del choque y dejó al Barça sin opciones.
Aquella tarjeta roja no solo tuvo consecuencias deportivas, sino también un profundo impacto emocional en el central uruguayo, que sintió el peso de la responsabilidad como pocas veces antes.
Un paréntesis necesario para recomponerse
Tras ese episodio, Araújo decidió parar. Habló con el club, expuso cómo se sentía y pidió tiempo para recomponerse mentalmente. En ese proceso tomó una decisión muy personal: realizar un viaje espiritual a Jerusalén, un destino cargado de simbolismo, donde buscó calma, reflexión y reconectar consigo mismo. El defensa necesitaba alejarse del ruido, de la presión mediática y de un entorno que, en cuestión de días, pasó del elogio a la crítica feroz.

El Barça, con Hansi Flick y la dirección deportiva al frente, entendió la situación desde el primer momento. Lejos de forzar su regreso, el club le brindó apoyo total, consciente de que un futbolista del carácter de Araújo rinde al máximo cuando está fuerte de cabeza. Sin embargo, la prensa no tuvo la misma paciencia y colocó al zaguero en el centro de todas las miradas, cuestionando su liderazgo y su fiabilidad en los grandes escenarios.
Cornellà, el punto de partida
Según se ha desvelado en los últimos días, Araújo ya tiene marcada en rojo su vuelta a los terrenos de juego: será el 3 de enero, en el derbi frente al Espanyol en Cornellà-El Prat. Un escenario exigente, intenso y cargado de tensión, perfecto para un futbolista que vive el fútbol desde la emoción, el carácter y la entrega total.

Hansi Flick espera recuperar a un Araújo al 100%, tanto física como mentalmente. El técnico alemán confía en que este proceso sirva para reforzar al central, devolverle la seguridad y convertirlo de nuevo en el pilar defensivo que necesita el equipo. Porque cuando Araújo está pleno, el Barça no solo gana en contundencia atrás, también en liderazgo y alma competitiva.