Arruinan el sueño de Leo Messi y Neymar, ¡y ahora el PSG es un polvorín!

Arruinan el sueño de Leo Messi y Neymar, ¡y ahora el PSG es un polvorín!

Pero la estrella del cuadro parisino no irá al Barcelona

Neymar Junior no jugará en el FC Barcelona la próxima campaña, y posiblemente ya no lo haga nunca más. Así de claro y contundente se mostró un rival ancestral del Real Madrid como fue durante un lustro en la Champions League y defendiendo la camiseta del Bayern de Múnich, Giovane Elber. El compatriota del 10 de la canarinha cierra las puertas blaugranas al jugador del PSG y arruina el sueño de Leo Messi y la misma estrella parisina de regresar a la Ciudad Condal.

No es un secreto de grandes magnitudes que el fichaje de Neymar por el Barça es poco menos que imposible por las cantidades que se barajan y por el club al que pertenece Ney. Si a eso unimos que el jugador reclama en los tribunales más de 40 millones de euros a los blaugranas, salió por la puerta de atrás del Camp Nou y su sueldo es estratosférico, la quimera de su regreso no es más que eso, polvo al viento.

En este sentido, Elber ha resultado ser, con el tiempo, un amigo del Madrid al atacar al cuadro parisino, sentenciar al Barça con este asunto y elevar la categoría del conjunto blanco al máximo nivel. Sin duda el que fuera ex punta mítico muniqués siente un respeto tremendo por el cuadro de Chamartín. Para el nueve, Neymar eligió mal cuando decidió salir del Barcelona si quería ser el mejor del mundo, ya que “no vas a ser el mejor del mundo jugando para el PSG”, comentó recientemente en una entrevista para la Cadena Ser, asegurando que eso se consigue en el Madrid y el Barça.

No ayuda al brasileño en su objetivo de alcanzar el cetro mundial individual que tiene precisamente el argentino, sus continuas lesiones, su vida social y la competición francesa, a la que se tiene por un torneo de menor magnitud que la Premier League o la liga española. Si para Elber Neymar se equivocó, hace tiempo que tanto Messi como el carioca piensan lo mismo. Con todo, estas palabras no habrán sentado bien ni en París, ni a los dos cracks.