En el Barça no se lo creen ¡Vuelve a competir el 10 brasileño!

En el Barça no se lo creen ¡Vuelve a competir el 10 brasileño!

Esperpéntica jugada del súper crack para volver a vestirse de corto

Durante las cinco temporadas que estuvo en el FC Barcelona -ya en el Paris Saint Germain hacía méritos para proyectarse como súper estrella- y más concretamente desde aquel legendario gol al Sevilla en el Camp Nou, en el que se fue de dos rivales y disparó desde casi el centro del campo un obus directo a la escuadra hispalense, Can Barça y el mundo, el mismo planeta fútbol, se dio cuenta que Ronaldinho era otra cosa, un jugador diferente.

Sus cualidades después saltaron y explotaron con una clarividencia que sorprendió a todos, elevando su fútbol a un nivel superior y llevando al FC Barcelona a cotas altísimas, como por ejemplo la conquista de una Champions League. El Gaucho era magia pura, más de la que tenían retenida en los ojos los espectadores blaugranas, incluso los más ancianos. Filigranas, pases sin mirar, bicicletas, goles de falta, colas de vaca, caños, sombreros… el repertorio era ilimitado. Y encima era decisivo en las grandes citas, como aquella en la que el Barcelona goleó al Real Madrid, 0-3, en el Santiago Bernabéu y el jugador salió aplaudido del campo del eterno rival. Algo casi inédito y que solo había conseguido Johan Cruyff.

Después llegaría su declive, más rápido del que todos esperábamos y deseábamos, pero su calidad y su huella han quedado. Tanto que ahora, en tiempos oscuros, con el jugador carioca entre rejas junto a su hermano Roberto y en Paraguay por el uso de documentos de contenido falso, le han surgido admiradores y la posibilidad de volver a los terrenos de juego. En estos sería la estrella indiscutible, como fue en su día en el fútbol mundial, tanto que no le dejarían disparar a puerta en el torneo en el que puede participar.

Más precisamente, Dinho jugaría en la liga de fútbol sala sénior del 'Cuadrilátero', una competición entre presos y policías del país sudamericano. La llegada del ex 10 del Barça a la cárcel ha precipitado que sus compañeros de celda le requieran para formar parte de su equipo contra sus enemigos deportivos y sociales. El título de la competición no es una copa al uso, sino un cerdo de 16 kilos que reparten entre los componentes del equipo vencedor.