Bartomeu, Laporta y el Benfica de juez: Koeman, como Valverde y Setién

Bartomeu, Laporta y el Benfica de juez: Koeman, como Valverde y Setién

Las curvas del sendero del Barça son angostas y el Estádio da Luz puede ser una tumba

El Barcelona se ha quedado sin margen ni oxígeno nada más empezar la travesía. Para un equipo de esta dimensión es lo peor que puede pasar, máxime si has perdido recientemente al mejor jugador de tu historia (Leo Messi) y a uno de los fichajes más caros ante un rival directo (Antoine Griezmann). Y además a Koeman, que se ha estrellado en Champions League y del que duda hasta el presidente, Joan Laporta, le atormentan las lesiones y ya se le pone fecha de caducidad y lugar de su tumba deportiva: el 29 de septiembre en el Estádio da Luz.

Es cierto que el Barcelona tiene tres partidos de teórico respiro en LaLiga, donde puede recuperar efectivos y encontrar sensaciones que se quedaron congeladas ante el todopoderoso Bayern de Múnich el pasado martes, pero en terreno farragoso el avance es más complejo e incluso estos encuentros pueden convertirse, por su teórica marca asequible, en trampas peligrosas. Ahora bien, Joan Laporta y la directiva mira a una fecha, el 29 de este mes, como momento límite para el míster neerlandés.

Bartomeu y Laporta

De alguna manera, sin quererlo ni beberlo, Laporta ahora se encuentra en la senda deportiva de Josep María Bartomeu, la misma a la que se ve abocado Koeman con respecto a Ernesto Valverde (al que muchos extrañan en Barcelona) y Quique Setién. Y es que tras la debacle del Camp Nou frente al Bayern, que ha dejado muy tocado el vestuario culé y a la afición, una derrota en Portugal ante otro rival en el E pondría la clasificación para octavos de final de la Liga de Campeones muy cuesta arriba; y de ocurrir tal cosa, Laporta no puede asegurar el puesto de Koeman.

Evidentemente lo normal, por plantilla y capacidad, es que el Barcelona saque adelante las próximas fechas del calendario, gane en Portugal y se plante en el Wanda Metropolitano con una nueva cara, pero la directiva culé tiene ya que manejar todas las posibles líneas en el devenir más próximo del equipo y una, la más oscura, pasa por varios tropiezos inexcusables que pondrían a Koeman en la picota. El Barça camina en equilibrio por el alambre y no habrá red que soporte una caída desde tan alto.

Koeman