Era mejor que Odegaard: casi va al Real Madrid y ahora está en Segunda

Corría el año 2014, y ya se hablaba de Martin Ödegaard como futura estrella mundial, pues era una gran promesa. A sus 15 años, ya era titular indiscutible en las filas del Stromgodset de su país, y los mejores equipos del continente le invitaron a conocer sus instalaciones. El Borussia Dortmund, el Liverpool, el Ajax de Ámsterdam, el PSV Eindhoven… pero finalmente se decantó por el Real Madrid, como todos sabemos, que se lo llevó gratis.

El resto, es historia, pues tras ser cedido al SC Herenveen, el Vitesse Arnhem y la Real Sociedad, regresó este verano a las órdenes de Zinedine Zidane. Aún no ha explotado, y tiene mucho trabajo por hacer, pero no cabe duda de que tiene unas sensacionales condiciones. Pero, en su día, había otro jugador que incluso tenía más potencial, y Florentino Pérez estuvo muy interesado en su contratación. Su nombre es Hachim Mastour, y también nació en 1998.

Se dio a conocer en las redes sociales por su increíble técnica, y su capacidad para regatear rivales. Militaba en las categorías inferiores del AC Milan, y cada semana era noticia por sus goles, sus jugadas, sus asistencias… grabó varios anuncios, y pasó a entrenar con los profesionales siendo todavía un crío. Y pasó lo que muchos se temían: se pusieron demasiadas expectativas en él, y se le sobrevaloró. Y se le subió la fama a la cabeza, a la vez que sucumbió a la presión.

Todo le vino muy de golpe, e incluso debutó con la selección absoluta de Marruecos, sin todavía hacerlo en San Siro. Se marchó cedido al Málaga, en La Liga Santander, donde no tuvo oportunidades, por lo que le enviaron a la Eredivise, concretamente al PEC Zwolle. Allí tampoco brilló, y quedó libre, después que los ‘rossoneri’ no le renovaran. Y comenzó una decadencia que le hizo estar un tiempo sin equipo, y jugar en la liga griega, en el PAS Lamia.

Ahora, desde el mes de octubre, está compitiendo en la Serie B, en las filas del Reggiana, el club de su infancia. Y ni siquiera es titular.

335 minutos lleva en 11 partidos.