Esperpéntica situación en el Barça: se regala ya al refuerzo de oro

Esperpéntica situación en el Barça: se regala ya al refuerzo de oro

La gestión, de nuevo, desastrosa

El Fútbol Club Barcelona vuelve a vivir una situación esperpéntica y demuestra una vez más que la situación del club es un auténtico desastre. Su fichaje de relumbrón en invierno, por el que pagaron 18 millones, el danés Martin Braithwaite, no tiene sitio en el equipo y se le busca una cesión a un equipo de Primera para poder revalorizarlo y sacar por él algo de dinero en el verano que viene. Un auténtico desastre.

La junta directiva del Barcelona ha asumido el error sobre la contratación del ex jugador del Leganés. Precisamente el equipo pepinero es quien más lamenta a fecha de hoy la operación. Hay que recordar que el fichaje de Braithwaite se dio fuera de plazo y que el Leganés no pudo reemplazarlo por ningún delantero. Se quedó en febrero sin su jugador estrella y pese a luchar de manera titánica, descendió el pasado domingo tras perder contra el Real Madrid. ¿Tiene culpa el Barcelona del descenso del equipo pepinero? En gran parte, sí.

Sin minutos ni goles

Ahora mismo el jugador sabe que no cuenta más para el cuerpo técnico. Ha jugado de media 29 minutos y ha marcado 1 gol. Su llegada, tras la lesión de larga duración de Dembèlè, fue un parche que ya no es necesario. ¿Pondrá pegas para salir? No lo parece, pero lo que está claro es que ahora no va a renunciar a un solo euro de lo firmado.

Braithwaite firmó hasta 2024 y un sueldo que roza los 4 millones de euros brutos al año. Es decir, el jugador se va a embolsar unos 10 millones por las cuatro temporadas y media que ha firmado, ¿quién va a pagarlo ahora tanto dinero? Si el Barcelona quiere cederlo, hay equipos muy interesados como el Betis, el Granada o el Celta, deberá asumir al menos el 40 por ciento de su ficha.

La operación es, como hemos dicho, esperpéntica, y deja en evidencia una vez más a Bartomeu y a Eric Abidal. Y lo peor para el barcelonismo es que esta es tan solo una de tantas, todavía faltan más malas gestiones que resolver.